Paolo Guerrero es blanco de golpes en todos los partidos y con la camiseta de la Selección Peruana no fue la excepción. En la primera que entró recibió golpe y en otra se quedó quejándose de dolor cuando La Bicolor atacaba.
Rabieta de impotencia. En Brasil ya se la ha visto quejarse de esa manera y con la Selección Peruana vivió un hecho similar, cuando un oponente fue a meterle un golpe de antebrazo en la oreja. Lo que llamó la atención fue verlo renunciar al ataque nacional cuando se perdía 1-0 con Bolivia.
Cueva se enfadó. Ya sea por la falta de apoyo en la acción de ataque, o por las constantes faltas que cometía Bolivia, Cueva tomó la pelota y la lanzó contra el campo en un claro gesto de impotencia.