El gobierno alemán pidió este lunes a Vladimir Putin que autorice la presencia en el Mundial Rusia 2018 del periodista Hajo Seppelt, en el origen de las revelaciones del escándalo de dopaje en Rusia y declarado persona non grata por Moscú.
"Consideramos que esta decisión de invalidar la (solicitud) de visado del señor Seppelt es un error, hacemos un llamamiento a la dirección del Estado para que permita a este corresponsal alemán estar en Rusia para cubrir la Copa del Mundo", indicó Steffen Seibert, portavoz de la canciller Angela Merkel.
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"Moscú debe garantizar la libre cobertura del que probablmente es el mayor evento deportivo internacional, junto con los Juegos Olímpicos. Estamos convencidos de que Rusia, como país anfitrión, se sitúa en una mala posición al atacar de manera evidente la libertad de la prensa y de opinión", añadió en rueda de prensa.
El portavoz finalmente señaló que la FIFA "debe hacer todo lo posible" para permitir el viaje a Rusia del periodista alemán.
Cumbre Putin-Merkel
En un comunicado la FIFA indicó que "ha aprobado la solicitud de acreditación de Seppelt", añadiendo que "la libertad de la prensa tiene una importancia capital para la FIFA".
La polémica llega cuatro días antes de que Merkel se reúna con Putin, el viernes en Sochi. El 'caso Seppelt' podría entrar en el orden del día de una cumbre en la que se tratarán la crisis nuclear en Irán o los conflictos en Siria y Ucrania.
Periodista de la televisión pública alemana ARD/SWR, Seppelt anunció el viernes que su solicitud de visado para cubrir el Mundial de fútbol (14 junio-15 julio) fue rechazada debido a que figura en una lista de "personas indeseables".
"Esto se debe naturalmente a que dijimos cosas críticas sobre Rusia, a que destapamos en 2014 el sistema de dopaje de Estado en Rusia", señaló el viernes el periodista en la página web de la cadena pública ARD.
La ARD emitió en diciembre de 2014 el documental de Hajo Seppelt titulado "Dopaje confidencial: cómo Rusia fabrica sus campeones", en el que se mostraban testimonios que denunciaban un sistema de dopaje organizado.
El documental, que generó una gran repercusión, condujo a una primera comisión de investigación de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
A aquel reportaje siguieron otros, entre agosto de 2015 y julio de 2016, que continuaban acusando a Rusia de contravenir las reglas antidopaje.
Racismo y violencia
También se puso en evidencia que Rusia estableció un sistema de dopaje institucionalizado en los Juegos de Invierno de Sochi 2014, una competición que Putin convirtió en una vitrina de las virtudes del país.
El atletismo ruso está suspendido desde 2015 y sus atletas no pudieron participar en los Juegos de Rio. Los deportistas del país que acudieron a los Juegos de Invierno de Pyeongchang lo hicieron bajo bandera neutra.
El presidente de la FIFA Gianni Infantino señaló en diciembre que "si hubiera un problema serio de dopaje en el fútbol (ruso), se sabría".
La prohibición de Seppelt es el último capítulo de los escándalos que acompañan la cuenta atrás para el comienzo del Mundial.
El Reino Unido anunció un boicot político a la competición como respuesta al envenamiento de un ex-agente doble en su territorio. Londres acusa a Moscú de estar detrás de los hechos. Los llamamientos a un boicot internacional no han tenido casi respuesta.
Además, preocupan en Moscú la violencia de los ultras locales, así como la posibilidad de que se produzcan incidentes racistas, dos males que pudren el fútbol ruso desde hace muchos años.
Finalmente la FIFA y Moscú son sospechosas de corrupción en la atribución al país de la Copa del Mundo.