Lorenzo Bundy necesitó de cuatro años para ser una leyenda de los Diablos Rojos del México. Miembro de uno de los rosters más icónicos en la historia del equipo, el estadunidense se proclamó campeón tres veces (1985, 1987 y 1988) antes de volver a su país, pero dejó números que muchos peloteros quisieran: 94 cuadrangulares con la franela escarlata, incluido un registro de 40 palos de vuelta entera en 1986.
Han pasado 35 años y el equipo ha evolucionado. El México ya no juega en el Parque del Seguro Social –pasó por el Foro Sol y el Fray Nano antes de establecerse en el estadio Alfredo Harp Helú en 2019– pero Bundy señala que siente ese mismo amor que tuvo cuando era una de las grandes figuras de la Liga Mexicana de Beisbol en la década de los ochenta. Y regresa a ese equipo que lo llevó a la gloria, ahora en su faceta de mánager. La misión es la misma que se tiene fijada desde 2014: el campeonato.
“El nombre de los Diablos Rojos del México es todo un sueño ahora de grande. Con un estadio nuevo, la afición que está apoyando… estoy muy contento. La verdad es que no podría haber otro mejor lugar en este momento de mi carrera y voy a dar el máximo esfuerzo para darle un nuevo título al México”, reconoció Lorenzo en entrevista con MILENIO-La Afición minutos después de su presentación como el nuevo dirigente de los pingos.
Con la espinita clavada
Los títulos conseguidos entre 1985 y 1988 son motivo de alegría, pero hay una temporada en particular que se le viene a la memoria cuando se le pregunta por sus actuaciones en el país: 1986, el año en el que se unió a Ty Gainey, Nelson Barrera y Japhet Amador como los únicos peloteros de Diablos con una temporada de 40 cuadrangulares o más.
Pero el México, que avanzó a los Play-offs con el cuarto y último boleto de la Zona Sur con récord de 68-60, no pudo concretar la historia de ensueño, ya que cayeron en cinco juegos en la entonces Serie Final ante Pericos de Puebla, que había terminado el rol regular con el mejor balance (88-41). Esa derrota le dejó una enseñanza en particular para su etapa al momento de dirigir: los lanzadores son una prioridad.
“Cuando ganamos tres campeonatos tuvimos muchos momentos, pero recuerdo mucho 1986, el año en el que no ganamos. ¡Qué tremendo equipo tenía Puebla! Con Willie Akiens, Orlando Sánchez, Jaime Orozco… no perdimos contra un equipo de segunda clase, era de primer nivel”, reconoció. “Ese año no teníamos el pitcheo para aguanta el bateo que tenían. Pero ahora, para cambiar esa situación, ahora como mánager, busco a la gente que pueda ayudar en el momento cero”.
Ese fue el único desliz de un equipo legendario en el circuito veraniego mexicano. Un año antes le ganaron a los Tecolotes de los Dos Laredos y los derrotaron de nueva cuenta en 1987, además de que se despidió del México al campeonar a costa de los Saraperos de Saltillo. La presencia de peloteros de época fue fundamental para esa dinastía, pero Bundy considera que los Diablos tienen a muchos de los peloteros más extraordinarios de la actualidad para buscar la corona número 17.
“Los campeonatos que tuvimos en esos años fueron gracias a muchos peloteros buenos, que en la hora cero fueron claves. Un Nelson Barrera, un Lorenzo Bundy, Agujita Sánchez, que descanse en paz, Daniel Fernández, Luis Fernando Méndez, Ricardo Solís… ¡Miren los nombres! ¡Son buenos peloteros! Y ahora tenemos igual a muy buenos peloteros: a Haper Gamboa, a (Julián) Ornelas, Japhet (Amador)… tenemos a muy buenos peloteros y vamos a estar bien”, adelantó.
Sus maestros y su estilo
Durante su estancia en el México, Lorenzo fue dirigido por un histórico como Benjamín Cananea Reyes; también tuvo la oportunidad de jugar bajo las órdenes de Francisco Paquín Estrada con los Tomateros de Culiacán, en la Liga Mexicana del Pacífico. El trabajo de este par de leyendas le ayudó a formarse como dirigente, pero también su trabajo con el bat le forjó su estilo, por lo que conjuntó todo esto para buscar trascender.
“Tuve probablemente a los mejores manejadores en la historia del beisbol mexicano. Cananea y Paquín son dos entes diferentes, con sus estilos, sus personalidades y uno agarra cosas de uno y claro que tengo mi estilo, pero con respecto a ellos, tienen cosas que me pudieron enseñar”, culminó.
FCM