Estaba corriendo cuando sentí que una piedra impactaba violentamente contra mi gemelo izquierdo, frené adolorido buscando una respuesta, cuando noté que a mi alrededor no había nadie, comprendí que había sufrido una rotura muscular; o si tenía suerte, una contractura. Lo cierto es que el dolor era insoportable, ¿qué hacer?
1. Contractura
Esta lesión por lo general afecta a personas que no tienen un entrenamiento adecuado o a corredores que realizan sobreesfuerzos. El dolor llega tardíamente, sin impedir necesariamente la marcha. Los síntomas pueden ser:
- Sensación de dolor: si al masajear la zona afectada con movimientos circulares se percibe dolor, se trata de una contractura (miogelonis).
- Reacción de la piel: masajear un músculo blando y relajado provoca un suave enrojecimiento en la piel. En cambio, una zona contraída y dolorosa, se dilata más y adopta un color de piel entre rojo encendido y rojo oscuro.
- Estado de los músculos: un músculo relajado se siente como una masa blanda y elástica. Por el contrario, una contractura endurece el músculo y al tacto parece un “cable metálico”. Los endurecimientos musculares se manifiestan como pequeños bultos o protuberancias en el tejido muscular.
Tratamiento preventivo
• Hidratación adecuada.
• Dosificación del esfuerzo muscular.
• Entrenamiento progresivo.
• Estiramientos pre y post-ejercicio.
Tratamiento curativo
• Reposo.
• Calor seco (mantas, almohadas eléctricas, otros).
• Baños de contraste (alternar agua fría y agua caliente).
• En caso sea necesario, antiinflamatorios (oral o de aplicación cutánea).
• Masaje descontracturante.
2. Rotura muscular
La rotura se produce por una elongación violenta de las fibras que componen el músculo hasta romperse. El dolor es inmediato con reacción inflamatoria y hematoma. La licenciada en Terapia Física y Rehabilitación, Rosa Elvira González, explica que existen tres tipos de roturas:
I. Grado 1:
Pequeña distensión conocida como “latigazo”, es muy común entre los runners.
Tratamiento:
• Reposo.
• Hielo las primeras 24 horas, luego aplicar calor superficial.
• Usar venda elástica compresora.
• Masajes.
II. Grado 2:
Se trata de una rotura parcial donde se pierde la continuidad en las fibras. Se forma un pequeño hematoma y se limita la funcionalidad.
Tratamiento:
• Mismo procedimiento (grado 1) pero por más tiempo. Los primeros días, prescindiremos del masaje para no aumentar el hematoma.
III. Grado 3:
Separación total de los vientres musculares. El dolor es tan intenso que será imposible correr.
Tratamiento:
A) Intervención quirúrgica.
B) Tratamiento ortopédico.
Durante el tratamiento ortopédico, “el masaje está contraindicado en las primeras 48-72 horas, hasta no estabilizar el coágulo. Tampoco aplicaremos calor y ultrasonidos, ni infiltraciones con cortisona y evitaremos los estiramientos activos”, manifiesta González. En su lugar, recomienda.
• Reposo.
• Enfriamiento del área lesionada.
• Vendaje del área lesionada.
• Elevación de extremidad.
Cumplidas las 48-72 horas, y conociendo el diagnóstico, aplicaremos:
• Vendaje elástico.
• Calor local (contrastes de calor y frío).
• Ejercicios musculares activos de forma gradual y en el siguiente orden:
- Ejercicios estáticos o isométricos sin carga y sin dolor.
- Ejercicios estáticos o isométricos con carga.
- Entrenamiento muscular dinámico con ejercicios suaves.
- Ejercicios dinámicos con aumento de carga.
- Ejercicios de elasticidad para recuperar amplitud en los movimientos. Trabajando principalmente los músculos antagonistas al lesionado.
- Ejercicios propioceptivos.
- Aumento gradual de actividad y carga en el músculo lastimado. En este punto, es mejor hacer ciclismo o natación antes de correr.
- Retorno gradual a la competencia.
Calienta correctamente los músculos y completa el “Entel Challenge Conquista tu tiempo” sin miedo a lesionarte.