Era domingo 04 de abril del 2010. Paolo Guerrero no la pasaba nada bien en Hamburgo. Su rendimiento había bajado considerablemente. Era algo claro porque recién salía de una lesión complicada, pero eso no lo podían entender los aficionados del equipo 'Dinosaurio'.
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Terminado el partido ante Hannover por la Bundesliga, los hinchas comenzaron a pifiar a Paolo Guerrero. El delantero peruano salía del campo con una rabia totalmente comprensible. Aunque, lo peor estaba por venir.
Paolo Guerrero se detuvo un instante para observar a aquellos que lo amedrentaban. De pronto, aventó una botella con agua hacia el rostro de un fanático del Hamburgo. Nunca se supo de forma concreta que le dijo para que reaccionara así. Hasta hoy, siete años más tarde.
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"El tipo me maldijo. Era una persona racista. Me había lesionado la rodilla y tenía ocho meses sin jugar. Entré solo diez minutos porque era el segundo partido después de superar la lesión. Esa persona me comenzó a insultar porque yo era de color. Me maldijo mucho. Estaba con mucha rabia, entonces hice eso (lanzarle un objeto)", señaló Paolo Guerrero en declaraciones con el portal "Globoesporte".
En relación a aquel episodio que marcó su carrera, Paolo Guerrero explicó que ahora se siente con mucha mayor madurez. Cabe precisar que cuando llegó a Alemania tan solo tenía 17 años.
"Era más chico. Todo era nuevo para mí. Llegué muy joven al Bayern Múnich. Ahora tengo 33 años, he madurado mucho. Dentro del campo también hay una gran diferencia, me siento con más experiencia. Pero, soy el mismo. Ahora, trato de ser más divertido con mis compañeros", agregó.