El 13 de noviembre del 2015, horas antes de su partido ante Francia, la selección alemana tuvo que ser desalojada de su hotel de concentración en París debido a una amenaza de bomba.
El incidente hubiera sido olvidado rápidamente si no fuera porque, mientras se disputaba el encuentro entre galos y germanos en el Stade de France, una explosión puso alerta a los asistentes… París era atacada por fuego enemigo.
La amenaza de bomba sufrida por los alemanes en su hotel horas antes del partido en el Stade de France tomaba entonces sentido. Y el futbol tenía que resguardarse de los ataques.
La policía francesa decidió cerrar el Stade de France 30 minutos después del primer estruendo en la capital francesa, justamente originado a los alrededores del inmueble. La intención era impedir el ingreso o egreso de cualquiera que no estuviera en el estadio.
Los integrantes de ambas selecciones de futbol fueron resguardados en los vestidores, mientras que las autoridades activaron el protocolo de seguridad a seguir en estos casos permitiendo que los asistentes pudieran descender a la cancha para mantenerse seguros.
Según informes de la policía francesa, tres tiroteos y dos explosiones se efectuaron en los alrededores del estadio aquél 13 de noviembre.