Un verano más, el Barcelona tiene que activar planes B y hasta C para cerrar una plantilla que se presentará muy renovada, sobre todo en el juego interior, tras la primera temporada sin títulos de la era Pascual (de las que ha dirigido completas el técnico de Gavá). De la rotación interior salen Lampe, Nachbar y Pleiss, que se irá a Utah Jazz. Quedan Doellman y Tomic, a los que acompañarán una de las grandes perlas del baloncesto europeo, Sasha Vezenkov, además de dos jugadores que aportarán la presencia física que echó tanto de menos el equipo la temporada pasada: Shane Lawal y Moussa Diagne. El primero está llamado a ser muy importante, el segundo es una apuesta de futuro que será el quinto interior y cubrirá una de las plazas destinadas a los cupos.
En el resto de novedades es donde está teniendo más problemas el Barcelona. Además de la salida de Hezonja, también acabaron contrato Marcelinho Huertas y DeShaun Thomas. El club no les sometió al derecho de tanteo pero su continuidad no está descartada. Huertas tiene más de un pide lejos del Palau pero podría regresar en caso de que ni el Barcelona ni él concreten otras opciones. Thomas depende de si encuentra un hueco en la NBA y de si el base que fiche el Barça es extracomunitario. Si es así, el alero no seguirá y el Barcelona tendrá que fichar un tres con pasaporte europeo. En estas posiciones llegan los problemas con lo que podríamos llamar plan A: Sonny Weems se enroló en los Suns, el Khimki no negocia por Tyrese Rice y Gigi Datome deja la NBA pero jugará en el Fenerbahçe. Así las cosas, el Barcelona se fija en otros posibles objetivos: el base Malcolm Delaney y… Alexéi Shved. El primero es un base rápido y anotador que brilló en el Bayern y jugó la temporada pasada en el Lokomotiv Kuban.
Shved, por su parte, se plantea un posible regreso a Europa después de cerrar curso en los Knicks y de que su representante haya asegurado que ha rechazado tres ofertas de la NBA y que existe interés de equipos en “Rusia y España”.