El hijo de 10 años del conocido ex futbolista uruguayo Luis "Lucho" Romero, quien jugó en Alianza Lima, fue asesinado por su entrenador de fútbol, que después de cometer el crimen se habría suicidado, publicó el sábado último la prensa local citando al ministerio del Interior.
"Lamentablemente en la mañana de hoy un equipo de rastreo ubicó" en una zona boscosa de Maldonado, departamento (provincia) vecino de Montevideo, "los cuerpos sin vida" de Felipe Romero, de 10 años, y Fernando Sierra, quien era entrenador en la escuela de fútbol a la que el niño asistía, dijo la oficina de prensa del Ministerio de Interior, informó el diario El País en su página web.
Los cuerpos fueron hallados después de que el equipo de búsqueda encontró abandonado el automóvil rentado en el que Sierra se llevó al menor. Muy cerca habían localizado la mochila escolar del chico, así como una billetera con dinero y documentos del entrenador.
El es hijo del ex futbolista uruguayo Luis "Lucho" Romero, de 48 años, quien jugó en el Calgliari de Italia (1996-1997) y en Alianza Lima (2002), y muy popular en su país por haber sido antes pieza clave del tradicional Peñarol cuando este logró un quinquenio como campeón del torneo local.
—"Figura paterna"—
Felipe vivía con su madre en el departamento limítrofe de Maldonado, donde se buscaba intensamente al pequeño y a Sierra desde el jueves cuando éste fue a recoger al colegio al menor antes de que terminaran las clases.
El entrenador del llamado "baby fútbol" —similar al fútbol sala— constituía una figura paternal para Felipe, según relató el viernes en rueda de prensa el jefe de la policía del departamento de Maldonado, Erode Ruiz. Era habitual que Sierra fuera a buscarlo al colegio, pasaban tiempo juntos, e incluso llegaron a viajar al extranjero los dos durante unos diez días, por lo que contaba con permiso de ambos padres aún vigente para dejarlo salir del país, afirmó Ruiz.
El niño presentaba un disparo en la cabeza, al igual que el entrenador. Ahora los forenses tratan de determinar si sufrió abusos sexuales.
Según relató la madre del menor, Alexandra Pérez, que trabaja en la policía, al medio local Subrayado, Felipe era el niño que Sierra "siempre quiso tener como hijo", según le había dicho el entrenador a la madre, quien confiaba en él y al que su hijo veía con frecuencia desde hacía dos años.
"Y a su vez Felipe siempre me manifestó la necesidad de un padre. Yo soy madre soltera, el padre está ausente siempre, y se complementaron", relató. Dijo que primero investigó a Sierra y se aseguró de que no tuviera antecedentes delictivos, y también con las madres de otros niños a los que entrenaba y veía, que le aseguraron que "era buena gente".
Los hechos se desataron cuando la psicóloga de Felipe le advirtió a la madre que había detectado un patrón de que "algo no estaba bien" con el niño y le pidió que no lo dejara solo con el entrenador, continuó Pérez. La madre informó a Sierra que el niño estaba en tratamiento psicológico y no podía verlo a solas el miércoles. El entrenador lo aceptó, pero al día siguiente apareció en el colegio y se llevó al pequeño.
Fuente: AFP/AP
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