En uno de los Clásicos más pasionales del futbol mexicano, como lo es el Tigres – Rayados, no se puede permitir un doble fracaso, mismo que hoy cometió Monterrey y que lo costó la eliminación en los Cuartos de Final con un doblete del francés André Pierre Gignac. 0-2 en la vuelta y un contundente 6-1 en el global, que mantiene al campeón en la pelea por revalidar el título.
Pocos eran los atrevidos que creían en una posible remontada albiazul, club que tiene el arsenal suficiente y que no les impedía soñar con la gesta.
De hecho, pasaron solo nueve minutos para el primer aviso de los locales, cuando Cardona remató de cabeza un buen centro de Funes Mori que besó por fuera las redes del arco de Nahuel.
Las bandas se convirtieron en el aliado del cuadro dirigido por Mohamed, era claro que buscaban algún desborde para centrar al área o buscar una diagonal que resultara vulnerable para la zaga felina.
A los 17 minutos, esto fue evidenciado con una gran jugada colectiva entre Castillo y el colombiano Cardona, pared que terminó con desborde de Edwin, a quien la ansiedad le llegó antes de tiempo y terminó mandando un centro sin peligro alguno.
Qué es un Clásico Regio sin el sabor que los jugadores le ponen desde el terreno de juego, así fue en la jugada donde Rogelio Funes Mori encendió el ánimo de los dirigidos por el 'Tuca', barriéndose temerariamente al pie derecho de Nahuel; avalancha de jugadores amarillos sobre el árbitro Fernando Hernández, que resultó en una amonestación para el argentino de Rayados y Jesús Dueñas, de Tigres, quien lo empujó por la espalda.
Ferretti sentía que a su equipo le llegaban más de lo presupuestado al arranque del juego, por ello no escatimó en sacar del campo a Lucas Zelarayán apenas a los 26 minutos, dándole entrada al defensor Francisco Meza. Amarrar el marcador como fuera.
Rayados hizo méritos para irse al descanso con ese gol que les diera el empuje para salir con más ímpetu en el complemento, muestra de ello fue el cañonazo que Dorlan Pabón estrelló en la base del poste de Nahuel, un balón caprichoso que pasó cerca de la línea de gol pero que no quiso entrar.
Entre lo poco, pero suficiente que Tigres mostró en ofensiva, destacó un desborde de Luis Rodríguez, quien se metió por el costado derecho del área de González y que tuvo para servir a Gignac, que entraba solo a segundo poste; el ex jugador de Chiapas optó por pegarle al arco sin éxito alguno.
Cualquiera que hubiera visto los primeros 20 minutos del juego, no hubiera dudado en que los hombres de Mohamed se llevarían la ventaja al medio tiempo, pero cualquiera que conozca a Gignac, sabe que en cualquier momento puede liquidar una eliminatoria.
El francés tuvo un tiro libre al minuto 48, el tiempo de composición también cuenta para que saque la magia que tiene en la pierna derecha, y así lo hizo, con un potente disparo que fue abriendo lo suficiente como para clavarse en el ángulo derecho del arco rayado, haciendo imposible el estético lance de Hugo González.
A partir de entonces, el trámite fue todo para el campeón, que solo tuvo que salir al complemento a maniatar al rival y ahogar sus intentos con base a las intervenciones de un atinado Nahuel Guzmán.
La fiesta ya era redonda para los de San Nicolás, pues después de la goleada en la ida, un triunfo, aunque sea por la mínima, en casa del eterno rival, sabe a gloria, y más si es para eliminarlos de la Liguilla y cobrar viejas facturas.
Pero el hambre de Gignac es insaciable, así lo manifestó en el minuto 69, cuando aprovechó un resbalón del joven Montes para enfilarse solo ante Hugo González y definir sutilmente con un pase a la red.
Por esfuerzo no quedó en Monterrey, a quien incluso le anularon la única jugada en donde pudieron meter el balón a la cabaña del portero seleccionado argentino. Para ese entonces, el grito de gol sonó incompleto, pues gran parte de la afición ya había abandonado el estadio.
Tigres se metió a la Liguilla con el último esfuerzo, pero es una instancia que les viene bien y donde ya superaron el primer –y posible único- gran obstáculo, que tenían en la búsqueda del bicampeonato.