A los 33 años y después de cinco en la Fiorentina, Gonzalo Rodríguez se quedó sin club. El argentino no pudo renovar su vínculo con el equipo del que llegó a ser capitán. En su despedida, además de señalar a los dirigentes como responsables de no lograr un acuerdo, lloró y recibió el apoyo de sus compañeros. "Comprendí que tenía que irme", dijo el defensor surgido en San Lorenzo.
"Me hubiera gustado continuar en el club y renovar. La negociación que solicitó mi apoderado con los dirigentes duró poquísimo y después sólo recibí silencio como respuesta. El club me decepcionó y no lo digo por la propuesta de reducirme los ingresos un 25 por ciento. Fue el modo en el que me trataron, porque antes de ser futbolistas somos hombres", explicó Rodríguez, a quien se lo vio conmovido.
"Me voy desilusionado con la dirigencia; no es una cuestión de dinero, sino de cómo la Fiorentina ha manejado las cosas", aclaró. Y remarcó que "siempre" será "hincha del club". Su despedida en la cancha llegará el domingo frente al Pescara, en la última fecha de la Liga de Italia. Su futuro, por ahora, incierto: "Todavía no he decidido que haré y en qué equipo jugaré".
El español Borja Valero consoló a su compañero y tomó el micrófono para referirse al capitán. "Eres un gran hombre y te queremos mucho", le dijo el volante al zaguero, que al final de la conferencia se abrazó también con el técnico Paulo Sousa, quien prefirió postergar hasta mañana conferencia de prensa, en la que también se despedirá del club para dirigir al Porto de su país.
La respuesta a los dichos del argentino no se hizo esperar y llegó de boca del responsable del área técnica, Pantaleo Corvino, quien dijo sentirse "sorprendido y conmovido por la reconstrucción de los hechos relatada por Gonzalo". "No se corresponde con la verdad, pero ya habrá tiempo de aclararlo", agregó .
Fuente: ansa