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OAKLAND (AFP).- Para LeBron James y sus compañeros de equipo, el segundo partido de la final de la NBA es de una importancia capital: después de su derrota 113-91 ante los Golden State Warriors en el juego de apertura el jueves, los Cleveland Cavaliers tienen que reaccionar y elevar su nivel este domingo.
El jueves, los Cavs se hundieron en el Oracle Arena, abrumados por la velocidad y el poder de los 'guerreros' locales, encabezados por sus superestrellas Kevin Durant (38 puntos) y Stephen Curry (28). Tyronn Lue, el entrenador de Cleveland, confía en que su equipo mostrará otra cara el domingo. "No podemos dejar (a Golden State) anotar puntos fáciles. Hemos perdido la pelota con demasiada frecuencia y ellos fueron capaces de contraatacar y anotar canastas fáciles", apuntó.
Los Cavaliers cometieron 20 pérdidas de balón en ese partido, su mayor cifra en lo que va de los playoffs. "No podemos quedarnos pegados en el centro del campo y tratar de no perder balones. Vamos a tener que ser más agresivos en fases ofensivas o dar mejores pases", añadió.
El discurso voluntarista del entrenador de Cleveland podría ser suficiente para cambiar el rumbo si enfrente los Cavs no tuvieran al equipo más arrollador de la temporada. Desde el inicio de los playoffs, ningún conjunto ha encontrado la clave contra Golden State, que cuenta con un impresionante récord de trece victorias consecutivas y se destaca como favorito para recuperar el título perdido el pasado año, precisamente ante Cleveland.
Este es el tercer año consecutivo que las Finales de la NBA se disputan entre Cavaliers y Warriors. El año pasado, los californianos tuvieron el mejor comienzo y se adelantaron en la serie 3-1, pero gracias a las hazañas de su estrella LeBron James, Cleveland logró una improbable remontada para ganar en el último partido el compromiso (4-3) y darle a la ciudad su primer título de la NBA.