La Selección le pone punto final a su primera gira de la era Jorge Sampaoli con un amistoso frente al débil Singapur. Y la diferencia contra un rival que está 157 en el ranking de la FIFA quedó evidenciada desde el arranque mismo del partido. Porque Argentina armó un monólogo.
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Con un esquema ultraofensiva, Argentina desbordó a Singapur y las chances de gol llegaron por decantación. Así, Correa y Di María exigieron al arquero Sunny, y a Dybala le faltó tiza para rubricar una buena acción colectiva. El local cruzó la frontera recién después de los 15 minutos...
A los 16, Singapur tuvo su primera llegada en un tiro de esquina que Ramli cabeceó desviado ante la pasividad del equipo argentino. Fue un espejismo. Porque Argentina mantuvo su idea, abrió el juego por las bandas y complicó a su débil rival, que defendía con nueve jugadores, cada vez que se lo propuso.
Con Di María por la derecha, una novedad en este nuevo esquema, Argentina acorraló a Singapur y recién tuvo su premio a los 24. Y como ante Brasil, también llegó a través de una pelota parada. Fue un tiro de esquina que Fazio conectó de derecha ante la atenta mirada de los defensores locales. Fue la llave de una goleada que ya se suponía.
Porque a los 30, y a la salida de un tiro de esquina, Dybala envió un centro al ras desde la derecha y Correa la empujó en el área chica ante el desconcierto de los jugadores de Singapur. Fácil, demasiado fácil.
Después del segundo tanto, Argentina se tomó un respiro. Hizo circular la pelota, con paciencia, y apenas provocó peligro con disparos de Di María y Salvio. Singapur, entonces, se animó un poco y despertó a su gente cuando Hanapi tiró un centro que se cerró y casi se le mete a Guzmán en el segundo palo.