Purito Rodríguez suma y sigue. Una vez descartada la lucha por el podio, el catalán se esmera en cazar victorias parciales. Y ya lleva dos en este Tour 2015. Tras su triunfo en el Muro de Huy en la tercera etapa, el líder del Katusha venció este jueves en solitario en Plateau de Beille, meta de la jornada reina de los Pirineos. Un doblete que se extiende a un triplete con el triunfo que logró en Mende en la edición de 2010. Por detrás, no hubo cambios en la general. Chris Froome, arropado por unos colosales Richie Porte y Geraint Thomas, resistió los ataques de Alberto Contador, Vincenzo Nibali, Alejandro Valverde y Nairo Quintana. El murciano arañó un segundo con una arrancada en la meta: fue toda la cosecha del día.
Froome sale muy reforzado tras la celebración de las tres jornadas de los Pirineos. Tiene a Van Garderen a 2:52; a Nairo, a 3:09; a Valverde, a 3:58; a Contador, a 4:04; a Nibali (que vuelve al top-ten), a 7:47. En la llegada a La Pierre de Saint Martin metió unas diferencias desorbitadas, que ha mantenido en las dos siguientes etapas de gran montaña. Siempre muy bien arropado por el equipo Sky, con Richie Porte y Geraint Thomas especialmente fuertes. No ha mostrado fisuras, pero por delante todavía quedan el Macizo Central y los Alpes. No es un tópico: el Movistar da muestras de que aún no ha dicho su última palabra. Y Contador no conoce la palabra 'conformismo'.
El triunfo de Purito comenzó fraguarse con la escapada del día, que no se concretó hasta después del sprint intermedio, que ganó André Greipel en km 20. A partir de ahí, más de una veintena de ciclistas buscaron su oportunidad. Entre ellos se colaron inicialmente tres españoles (Gorka Izagirre y Dani Navarro, junto al líder del Katusha) y nombres propios de alto nivel como Bardet, Riblon, Kwiatkowski o Fuglsang. La fuga llegó a alcanzar los 12:30 minutos. Una buena ventaja para coronarse triunfal.
Kwiatkowski y Vanmarcke llegaron destacados a Plateau de Beille con más de un minuto. Era insuficiente. Por detrás, Purito esperaba su oportunidad en el grupo perseguidor, junto a Fuglsang y Bardet. Mucha clase en las rampas pirenaicas. El catalán comenzó a enseñar sus garras a 11 kilómetros de la cima. Los tres se lanzaron a la caza del campeón del mundo. A 8 km, el líder del Katusha volvió a apretar y, esta vez sí, logró irse en solitario. Rebasó al maillot arcoíris y se lanzó con paso firme a por su tercera victoria en la Grande Boucle.
El Tour también estaba en juego sobre el Plateau de Beille. Por detrás, el Sky comenzó la subida en cabeza, Peter Kennaugh tensaba con fuerza. Cuando todo apuntaba que el rodillo británico iba a volver imponer su ley, Rafal Majka, ganador el día anterior en Cauterets, se puso al frente y endureció el ritmo. Alberto Contador venía con mejor piernas que otros días. Y lanzó su ataque. El Sky no inmutó y Richie Porte siguió con su martilleo. Con el español cazado, Vincenzo Nibali tiró de orgullo y también arrancó. Pero ahí seguía Porte con su runrún. Había ganas de batalla. Dos ataques de Alejandro Valverde recordaban también que el Movistar estaba en la pelea. Y Porte, dale que dale. Nadie podía abrir hueco.
Aún faltaba el intento de Nairo Quintana, que sí rompió a Porte, aunque a Chris Froome todavía le restaba un compañero: Geraint Thomas. El Sky es más poderoso que todos los rivales juntos. Así están las cosas. Con los enemigos ya domados, el maillot amarillo quiso demostrar quién era el jefe. Su arrancada bajo la lluvia, a 4,5 kilómetros de la meta, no fue tan demoledora como la Piedra de San Martín. No logró distanciarse. Incluso tuvo que responder todavía a un par de arreones del Movistar, que no llegaron a ningún sitio. Valverde se anticipó en el tramo final y cazó un segundito. El murciano sigue como mejor español: cuarto a 3:58. No hubo más que rascar.