En 1992 la Eurocopa se jugó en Suecia y Dinamarca no iba a disputarla. Tuvo que ser después de una invitación por la exclusión de Yugoslavia por la Guerra de los Balcanes cuando Dinamarca llegara de tapadillo al campeonato y lo ganara.
El fútbol a veces prepara historias inimaginables y esta es una de ellas. Así al menos lo recordará cualquiera que piense en las dos únicas semanas que tuvo Dinamarca para preparar el campeonato, mientras sus rivales llevaban meses con el título en la cabeza.
Michael Laudrup, estrella del equipo, declinó ir al campeonato ya que consideraba que las opciones eran mínimas y sus pensamientos parecían confirmarse tras la primera derrota y el primer empate del equipo. Todo parecía devolver a la selección a casa tras la fase previa pero con lo que nadie contaba era con una victoria ante Francia que les metiera en semifinales.
En la otra parte del grupo con una Alemania unificada por primera vez y la URRS jugando como Confederación de Estados Independientes, fueron los holandeses y los germanos los que se clasificaron para las semifinales.
En semifinales, Holanda se medía a Dinamarca y Bergkamp, una de las estrellas de la 'naranja mecánica', marcaba las diferencias, al menos a priori. El héroe del partido fue el portero danés, Peter Schmeichel, que paró el penalti definitivo a Van Basten y llevó a los daneses a la final.
Alemania apeó a Suecia en un bonito partido pero en la final nada le salió. John Lesen marcó en la primera parte y a partir de ahí todas las ofensivas alemanas, que no fueron pocas, las freno Schmeichel. Dinamarca levanto un trofeo que con el que no contaba y Michael Laudrup, solo pudo aplaudir... desde casa.
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