Cinco semanas después de la publicación de la convocatoria de elecciones, el soci del Barcelona elegirá al que será su 41º presidente. Lo hará tras unas semanas densas y cargadas de tensión y acusaciones. Se quedaron como cabeza de cartel Josep María Bartomeu, Joan Laporta, Agustí Benedito y Toni Freixa, aunque fueron siete precandidatos los que quisieron entrar en el baile. Se quedaron por el camino Jordi Majó y Jordi Farré, responsable de Som Gent Normal; también lo intentó Seguiment FCB, a los que les quedaron 16 firmas para lograr las 2.534 rúbricas necesarias.
Bartomeu es la vía de continuidad al proyecto de 2010. Entonces apareció como vicepresidente deportivo y mano derecha de Sandro Rosell. Cuando éste dimitió en enero de 2014, el empresario decidió coger la responsabilidad y hacerse fuerte en el puesto a base de decisiones atrevidas (despedir a Zubizarreta), acciones interesantes (reestructurar el área ejecutiva), aportar calma en los momentos complicados (medió en el conflicto Messi-Luis Enrique) y alardear de tridente, después de conseguir el segundo triplete de la historia del club en solo siete años (2008-15).
Laporta choca directamente con él. El abogado, que fomentó su improvisada participación con cuatro pilares básicos (Cruyff, Cataluña, La Masía y Unicef), decepcionó el pasado martes en el único debate al que asistieron los cuatro candidatos (Bartomeu se borró de todos los demás) y pese a que sigue siendo un portentoso en la comunicación directa, gastó sus balas pronto, quiso agrupar a una serie de exdeportistas del club en su equipo de trabajo (Abidal, Esteller, Albertini, Grimau, etc…), aunque parece que no le llegará para lograr el objetivo. Atacó a Bartomeu acusándole de estar imputado en el ‘Caso Neymar’, de Freixa aseguró en un debate en la Universitat de Vic que era “el submarino de Bartomeu” y a Benedito le pidió ayer mismo que se retirara de la carrera, ya que la competencia les restaría votos a favor de Bartomeu.
Qatar. Ese fue el azote que utilizó Benedito para tratar de convencer al soci de que Bartomeu estaba llevando al Barça por el mal camino. Atacó el sponsor principal del club asegurando que “ese país financia al Estado Islámico” y tratando de dar sentido a cinco años de trabajo de campo que hoy deberían ver resultados. Tuvo sus más y sus menos con Toni Freixa, ex directivo del club con Rosell y Bartomeu, que fue perdiendo galones en su aventura como directivo (pasó de portavoz a vocal), pero se demostró que eso no le privó de prepararse bien un proyecto y un programa estructurado que agradó en todos los sentidos y que le puede dejar abierta al futuro, según cuál sea el resultado definitivo del día de hoy, jornada en la que el Barça conocerá a su 41º presidente.