Los Juegos Olímpicos de Barcelona cambiaron la vida de la judoca Miriam Blasco: se convirtió en la primera mujer española que ganó una medalla de oro y su rival en la final, la británica Nicola Fairbrother, se transformó en el amor de su vida.
Veinticinco años después de subir al podio, ambas deportistas están casadas. La británica tuvo que conformarse con la medalla de plata tras perder frente a Blasco en la categoría de menos de 56 kilos en aquellos Juegos que pusieron los cimientos de su relación.
"Nicola me ha perdonado", explicó la judoca española a los micrófonos de la televisión pública española. "Estamos juntas desde hace dos años y llevamos casadas un año y pico", reveló en una entrevista emitida en la noche del lunes.
En su boda, la pareja decidió intercambiar los metales en sus alianzas. "Yo la tengo de plata y ella de oro", apuntó la deportista, quien calificó a su rival de Barcelona 1992 como "la persona más importante" de su vida. "No sé si hubiera sido esta relación igual si hubiera perdido (en la final)", añadió entre risas.
Blasco, de 53 años, rememoró con emoción el momento en el que subió al podio en unos Juegos Olímpicos con los que España se estrenaba y se ponía en el centro de la escena mundial.
"Estar oyendo el himno de España fue para mí como un descanso, el haberlo conseguido después de cuatro años luchando", dijo. "Lo que hizo Barcelona para el deporte fue muy importante. Es una pena que no queramos volver a hacerlo", añadió.
La judoca también recordó la muerte que sufrió su entrenador, Sergio Cardell, en un accidente de tráfico unas semanas antes de los Juegos Olímpicos. "Se mató en una moto que yo compré a mi marido de entonces. Durante muchos años tuve sentimiento de culpabilidad, pero también quería conseguirlo por él. Solo me valía el oro", expresó.