El campeón mexicano Gilberto Ramírez se impuso al estadunidense Jesse Hart la noche del viernes en un duelo por el título mundial supermediano avalado por la Organización Mundial de Boxeo.
En un combate realizado en Arizona, Zurdo se llevó la victoria luego de acumular tarjetas de 115-112, 115-112 y 114-113, para así conseguir la segunda exposición del fajín y de paso mejorar su foja profesional a 36-0 con 24 nocauts.
"Sabíamos que sería una gran pelea, de un nivel muy alto, él [Jesse Hart] lo hizo bastante bien e hicimos lo posible por dar un gran show para los fanáticos. Me voy muy satisfecho con lo que pasó arriba del ring y mi triunfo se lo dedico a todos los mexicanos" dijo Ramírez al bajar del ring instalado en el centro de convenciones de Tucson.
Al inicio de la contienda, Hart – peleador invicto en 22 contiendas y que buscaba su primera oportunidad mundialista – lastimó con una combinación de golpes al monarca sinaloense, pero dispuesto a regresar el castigo el mexicano se lanzó al ataque logrando mandarlo a la lona en el segundo episodio con una contundente derecha. Visiblemente lastimado, Hart logró incorporarse de la lona y sobrevivir al castigo los últimos segundos que lo separaban del descanso.
A partir del cuarto round, el mexicano logró imponer sus ventajas en el encordado, sobre todo con castigo a las zonas blandas que hacían que Hart retrocediera por completo y se olvidara del ataque. Pero aunque el ataque del mexicano fue incesante en sus envíos, la mandíbula del estadunidense soportó de todo de envíos.
Al noveno episodio, Hart – sabiendo que estaba debajo de las tarjetas -comenzó con la presión y aunque logró lastimar al mexicano, no tuvo el poder suficiente para poder terminar con las acciones cediendo los últimos rounds al monarca que no dejó de lanzar sus envíos y quien también logró lastimar a su adversario sin poderlo acabar.
Luego de recorrer los 12 rounds, los jueces entregaron sus tarjetas con las que dieron la victoria número 36 como profesional al mexicano de 25 años, quien consiguió arrancar el récord invicto a un peleador que marchaba con una foja de 22-1 con 18 nocauts.