No pudo ser. Este domingo se ha repetido en el Mundial Sub-19 de Rusia la historia que se vivió ya hace dos años en el de Lituania. Con distintas jugadoras, pero idéntico resultado: bronce para Australia y meritoria pero amarga cuarta plaza para España (69-62).
El guión fue un poco diferente por aquel entonces. En 2013, la Selección de Leticia Romero, Belén Arrojo y Astou Ndour se desplomó en la segunda parte tras un inicio arrollador que le permitió irse al descanso con 14 puntos de diferencia. Esta vez ha sucedido lo contrario. El equipo de Ángela Salvadores, Laura Quevedo y Nogaye Lo ha empezado muy mal el partido y ha estado a punto de remontar los 18 tantos de desventaja que tuvo casi al final del primer cuarto (29-11). Los otros tres periodos los ganó España resolviendo algunos de los problemas que les planteó Australia en el arranque. Mejor defensa, más atrevimiento y penetraciones en ataque, menos tiros lejanos forzados, pero un mal constante contra el que no pudo: el rebote. Hasta 22 en ataque capturaron las oceánicas, con las consiguientes segundas oportunidades para anotar. El total de los rechaces es esclarecedor: 59-40 para las vencedoras.
Al margen de la sangría reboteadora y de algunas pérdidas en momentos clave, la Selección notó el despetar algo tardío de Salvadores, que sin embargo acabó siendo la gran impulsora del último arreón español en busca de una épica remontada. Porque el primero llegó en el tercer cuarto tras una canasta de Lo (45-42). Solo tres puntos que al final no pudieron voltear las chicas de Mario López. La fe duró hasta que un canastón de Salvadores puso un esperanzador 64-60 a 1:16 del final. Pero las españolas, con una Quevedo menos importante que en otros partidos (15 puntos con 6/15 en tiros de campo), iban ya con la lengua fuera. Mucha responsabilidad para las dos estrellas del equipo y fallos crispantes debajo del aro antes de ese desenlace apretado.
Por parte australiana, partidazo de Smith (20 puntos y 16 rebotes) y de Sharp (16 y 11). Sus dobles-dobles fueron letales para España, que empezó mal el campeonato, se entonó en los cruces, dio la cara ante Estados Unidos en semifinales y se queda con la miel en los labios otra vez en la categoría. Su esfuerzo, eso sí, vale para que España esté el próximo verano en el Mundial Sub-17 femenino.