Carlos Nuzman, el máximo dirigente de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, permanecerá encarcelado tras el fallo emitido el lunes por un juez federal.
Nuzman fue arrestado la semana pasado y quedó bajo detención provisional dentro de una investigación de las autoridades brasileñas y francesas por la presunta compra de votos para ganar los derechos de organizar los Juegos de Río 2016.
El fallo del juez modificó el estatus de Nuzman de detención provisional a detención preventiva. El abogado de Nuzman, Nelio Machado, dijo que no sabe cuándo Nuzman podría salir de la cárcel.
La fiscalía brasileña cree que Nuzman, de 75 años, fue una figura clave para desviar al menos dos millones de dólares de un empresario brasileño al senegalés Lamine Diack, exmiembro del COI y que ayudó a controlar los votos africanos.
El Comité Olímpico Brasileño también fue suspendido provisionalmente y le congelaron sus cuentas. Nuzman fue excluido de la comisión del COI que inspecciona los preparativos de Tokio para los Juegos de 2020.
La detención de Nuzman fue el golpe más reciente que reciben los Juegos de Río, atribulados por floja venta de entradas, recortes de presupuesto y una deuda que obligó un rescate financiero del gobierno para montar los Juegos Paraolímpicos. Muchos de las instalaciones que se construyeron para los Juegos están en desuso.
También el lunes, la fiscalía suiza accedió a ayudar a las autoridades de Brasil en la investigación.
La fiscalía federal de Suiza señaló que la solicitud presentada la semana pasada por Brasil "actualmente está siendo realizada".
Si bien los detalles no fueron revelados, los fiscales suizos pueden compartir potencial información sobre las cuentas bancarias y transferencias económicas de bancos en el país.
Los fiscales brasileños han indicado que Nuzman, que dirigió la candidatura olímpica de 2016 y los comités organizadores, había escondido 16 lingotes de oro en un depósito en Ginebra.