Irina Shayk, la belleza de hielo que hizo suspirar a Cristiano Ronaldo y que hoy comparte proyectos de futuro junto a su actual pareja, el actor Bradley Cooper demuestra día a día que el ascenso en su carrera y el valor de su marca son fruto de su esfuerzo y también de su ambición.
En una reciente entrevista para el suplemento XL Semanal, la joven modelo rusa hace un balance de su pasado reciente de sus orígenes humildes y de su profunda vocación profesional para convertirse en la Top Model Internacional más cotizada, a sus 29 años y con unas medidas de vértigo: 1,78 cm de altura y un peso de 58 kilos
Los Orígenes
«Nací en una pequeña ciudad perdida en el mapa llamada Yemanzhelinsk. Mi padre trabajaba en una mina de carbón, y mi madre era profesora de piano. Teníamos un huerto, porque en Rusia has de tener un huerto para sobrevivir. Cultivábamos tomates, patatas y pepinos. Del huerto me ocupaba yo, al volver del colegio. También ayudaba a mi madre en las faenas de casa».
Luego llegó un cazatalentos que la llevó directa a París, donde la vida fue difícil y donde tuvo que luchar por subsistir. De Paris A Barcelona, donde comenzaron sus apariciones en pequeños trabajos hasta que la revista 'Sports Illustrated' se fijó en ella para la portada de su especial Bikinis.
De ahí al estrellato y a campañas de firmas internacionales, como Armani, para quien ha posado en numerosas ocasiones, y donde conoció a Cristiano Ronaldo.
Su relación fallida con Cristiano Ronaldo
A pesar de que ambos compartían orígenes humildes, y también sus respectivas carreras profesionales adquirían cotas galácticas, Irina reconoce que la relación no prosperó por varios motivos:
A Dolores, madre de Cristiano, nunca le sentó bien el hecho de que la joven se volcase tanto en su propia carrera. Por otra parte, el individualismo de Cristiano, que le llevó incluso a ser padre mediante la técniaca del vientre de alquiler y sin contar con la modelo (pagó 14 millones de euros a una estudiante americana para que gestase a su bebé y renunciase a su custodia) o el hecho de que la familia Aveiro funciona como un clan del que Irina nunca formó parte.
Las infidelidades de Cristiano Ronaldo: según se desprende de la entrevista, envió por error fotos de una fan desnuda a todos los contactos de su agenda, incluida Irina, en 2011. Aunque el jugador juró que fue un error, al confundir el botón borrar por el de enviar, aquello supuso su primera crisis.
Luego llegarían los rumores sobre sus infidelidades, a los que Irina respondió en una entrevista a la revista Hola!: «Quiero un hombre fiel, honesto, un caballero que sepa cómo respetar a las mujeres. No creo en los hombres que nos hacen caer y sentirnos infelices, porque eso no es de hombres, sino de niños», Y añadió: «Pienso que una mujer se siente fea cuando tiene al hombre equivocado a su lado. Yo me sentí fea e insegura».
Orgullosa de mi cuerpo y sin reparos para mostrarlo
«No creo en la cirugía plástica. Considero que las mujeres han de estar enamoradas de sus propios cuerpos y que todo es cuestión de tener seguridad en una misma. Cuando estoy trabajando en una sesión de fotografía, me digo que estoy orgullosa de mi cuerpo y que no tengo reparo en mostrarlo. Lo que me gustaría es que cada mujer se sintiera especial y estuviera enamorada de su cuerpo, con independencia de la talla».
Cuatro millones de euros anuales
"Quiero ser indecentemente rica" confesó en una entrevista hace unos años. "Acumulo apartamentos y los alquilo. A los rusos nos gusta el dinero, pero nunca nos parece suficiente».
Hoy, la joven modelo rusa cotiza unos beneficios anuales de cuatro millones de euros posando para las principales firmas, ha comenzado una relación sentimental con el actor americano Bradley Cooper, de quien declara sentirse profundamente enamorada y con quien incluso planea tener hijos, mientras se sigue declarando una mujer austera:
«He sido lista con mi dinero. Detesto malgastar comprándome trapitos. Prefiero comprar modelos clásicos que puedes tener en el armario durante años seguidos. Prefiero vestir prendas de estilo sencillo, elegantes pero poco llamativas».
"Soy rusa y puedo ser muy rusa"
«Hay quien dice que no soy una persona de trato agradable. Es verdad que soy rusa y que puedo ser muy rusa, pero soy una rusa muy amigable. Soy una persona bastante amable, pero la gente a veces no se da cuenta porque soy muy directa: si me gustas, me gustas. Y si no, mejor ni te acerques a mí» declara Irina al final de su entrevista.