24/11/2024

El Hall of Fame recibe a sus cuatro nuevos miembros

Lunes 27 de Julio del 2015

El Hall of Fame recibe a sus cuatro nuevos miembros

La promoción del 2015 en Cooperstown nos proporciona una de las mejores que se han consagrado en toda la historia del béisbol.

La promoción del 2015 en Cooperstown nos proporciona una de las mejores que se han consagrado en toda la historia del béisbol.

Si de algo se precia el pasatiempo nacional estadounidense, es la forma que tiene de mimar y atesorar su riquísima historia que tiene bastante más de un siglo de existencia y que goza en la actualidad de una salud de hierro en todos los frentes abiertos.

La ceremonia celebrada en Cooperstown, en el estado de New York, vio como más de 40.000 personas asistían al coqueto pueblo que es la sede del Salón de la Fama del béisbol a la hora de ensalzar las figuras de los nuevos inquilinos de la prestigiosa institución.

Randy Johnson, Pedro Martínez, John Smoltz y Craig Biggio han sido los protagonistas de un acto emocionante que tiene tiempo para rememorar a todos los que contribuyeron a llegar a este momento, el punto culminante de carreras deportivas legendarias que pervivirán en la memoria para siempre.

Curiosamente en el caso de los tres primeros elegidos, decir que todos ellos dieron el salto cualitativo una vez que fueron traspasados de sus clubes de origen y no necesariamente porque necesitaran un cambio de aires sino que para que surgiera la oportunidad de florecer y ocupar su lugar dentro del Olimpo de este deporte.

Ese fue el caso de Randy Johnson. Elegido por los Expos, no fue hasta que le traspasaron a los Seattle Mariners donde “The Big Unit” fue capaz de pulir sus distintos lanzamientos, fortalecer el control de los mismos y convertirse en el lanzador soberbio que todos recordaremos por su contribución en la etapa con los Diamondbacks. Siempre quedará en nuestro recuerdo su actuación junto a Curt Schilling durante las Series Mundiales en 2001 en la que acabaron con la Dinastía de los Yankees de aquellos años.

Al final de su carrera deportiva, Johnson ganó 303 partidos, cinco Premios Cy Young, 2 no-hitters y logró 4875 strikeouts, la segunda mejor marca sólo por detrás de Nolan Ryan.

De Pedro Martínez, sólo se puede decir que al igual que Johnson (y Smoltz) le tocó lanzar en la peor etapa posible para un pitcher, la conocida como la “Era de los esteroides”. Tras su paso por Dodgers y Expos, fue con los Boston Red Sox donde Pedro logró uno de los períodos de tiempo más dominantes para un lanzador y que cimentó su candidatura muchos años después.

Con Boston, rompió la “maldición del Bambino”, la racha maldita que condenaba a los Red Sox a no ganar el título casi hasta el final de los tiempos y que finalizó en 2004. El dominicano, que lució con orgullo su procedencia y que se convierte en el segundo de ese país en ser Hall of Famer 32 años después de Juan Marichal, logró un récord de 219-100 en su carrera, ganó tres Cy Young y el único en la historia en llegar a más de 3000 strikeouts sin acumular 3000 entradas lanzadas.

El caso de John Smoltz es tremendamente especial. Como promesa en ligas menores fue traspasado de Detroit a Atlanta en 1987 en una operación que benefició a los de Michigan pero los Braves obtuvieron una pieza clave de una dinastía que ganó 14 títulos de división consecutivos entre 1991 y 2005. Junto a sus íntimos amigos y ya Hall of Famers, Greg Maddux y Tom Glavine, conformó una de las mejores rotaciones de la historia que se hicieron con el título en 1995.

El discurso de Smoltz fue especialmente emotivo ya que se trata del primer pitcher que se sometió a la ya famosa cirugía Tommy John en llegar a Cooperstown y se denominó como “milagro de la medicina”.

Debido a las lesiones, Smoltz tuvo que abandonar la titularidad y ejercer como closer en momentos en los que los Braves le necesitaban. Al final de su carrera deportiva, Smoltz se convirtió en el único pitcher de la historia en ganar 200 partidos y lograr más de 150 saves, mostrando una enorme polivalencia además de su pedigree como gran lanzador en época de postemporada.

Para terminar, tenemos la figura de Craig Biggio, una de las mayores injusticias que se ha cometido con un jugador en los últimos tiempos. Normalmente que alguien consiga más de 3000 hits en su carrera es argumento más que suficiente para lograr entrar en el HOF pero por algún misterioso designio, los miembros de la asociación de escritores de béisbol de América no juzgaron que Biggio fuese digno de entrar a la primera tal como ha ocurrido con sus compañeros de promoción. Ahora sólo queda que se corrija el mismo error que se cometió con Biggio y personificado en su compañero de equipo, Jeff Bagwell.

Siendo el prototípico hombre de equipo, que cambió varias veces de puesto y militó siempre en el mismo club, los Houston Astros, Biggio logró 3000 hits, 600 dobles y 400 robos de base. Sólo cuatro jugadores en la historia lo han logrado y él es uno de ellos.

Una vez que ya tenemos a cuatro nuevos miembros del Salón de la Fama, nuestra mirada se dirige hacia el 2016 en el que el enorme Ken Griffey Jr. hace su debut en las votaciones y en las que se espera que alguien le pueda acompañar en torno a estas fechas en apenas 365 días.

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