Ronaldinho Gaúcho, campeón mundial con Brasil en 2002, fue ovacionado este lunes en su primer entrenamiento con el Fluminense por los cerca de 150 hinchas que acudieron a la sede del club carioca para ver al flamante refuerzo.
El futbolista de 35 años, que regresó a Brasil tras una corta y criticada temporada en el Querétaro mexicano, se limitó en su primer día oficial como jugador del club tricolor de Río de Janeiro a realizar ejercicios en el gimnasio y en la cancha, sin tocar el balón, ante la necesidad de recuperar su estado físico.
Su primer entrenamiento coincidió con el anuncio de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) de que la situación del centrocampista ya está regularizada y que puede debutar con el Fluminense el próximo sábado, cuando el equipo se medirá con Gremio por la decimosexta jornada del campeonato.
Su alineación el sábado, sin embargo, dependerá de la decisión del entrenador del Fluminense, Enderson Moreira, y de la evaluación de la comisión técnica sobre el estado físico de Ronaldinho Gaúcho, que no pisa una cancha oficialmente desde hace 57 días, el 31 de mayo, cuando disputó el último de sus 19 partidos con el Querétaro.
El entrenamiento de este lunes en la sede del Fluminense estaba dirigido a los jugadores que no actuaron el pasado domingo, en la derrota que el club encajó en su visita al Chapecoense (2-1).
El campeón mundial y exjugador del Barcelona, París Saint Germain y Milan fue inicialmente recibido en el vestuario por sus nuevos compañeros y, tras un entrenamiento en el gimnasio, apareció en la cancha para dar unas vueltas junto al preparador físico del Fluminense, Gabriel Pinho.
Su aparición en la cancha por cerca de quince minutos fue suficiente para que los hinchas que estaban en los graderíos calmaran sus ansias y lo ovacionaran prolongadamente.
El contrato con el Fluminense le permitió al elegido mejor futbolista del mundo en 2004 y 2005 regresar a Río de Janeiro, en donde defendió al Flamengo hace cuatro años y tiene su principal residencia.
Antes de llegar a un acuerdo con el Fluminense, el atacante negoció con clubes de Turquía, Catar, Arabia Saudí, Estados Unidos y Brasil, incluyendo el Vasco de Gama, otro de los equipos grandes de Río de Janeiro.