Cuando el estadounidense Bill May comenzó a competir en campeonatos nacionales de sincronizada en los 90 inició una lucha por la paridad en un deporte exclusivamente femenino. Salió del agua para ser el coreógrafo de la selección de su país y luego protagonizar múltiples espectáculos en el Circo del Sol. El pasado domingo se convertía, en la final de dúo técnico, en el primer hombre en ser campeón del mundo. “Es un sueño”, dijo, fundiéndose en un abrazo con su compañera.
La FINA pretende que los chicos se queden en la sincro. La acogida de este dúo mixto le ha dado un punto kitsch a una competición tan encorsetada desde hace años. “Cuando competía contra May en los 90 lo pensaba... Estaría muy guay nadar con un hombre”, comentaba ayer Gemma Mengual, quien saltará hoy a la piscina —seis años después de su último Mundial— para interpretar junto a Pau Ribes una pieza de Evanescence con la que aspiran únicamente a vivir la experiencia en el dúo libre: “Quién sabe hasta dónde podremos llegar, pero iremos a por todas”, dice la catalana.
A sus 19 años, Ribes es el varón de la sincro española. Mimado por sus compañeras y entrenadores, no ha tenido un camino fácil. De pequeño, cuando con 10 años decidió pasarse al baile acuático, tuvo que soportar improperios de todo tipo sobre su condición sexual o su rareza al practicar sincro: “Al principio hubo altibajos, un cierto rechazo social. La gente me veía raro. ‘Todos hacen fútbol y tu sincro como las niñas’, me decían. Mi familia fue fuerte y mis amigos siempre lo entendieron. El sexo no es impedimento para hacer deporte”, afirma este joven que se siente “pionero del deporte español”.
Ribes, que dio sus primeros pasos en el CN Granollers, tuvo que recoger firmas para que la RFEN le dejara participar en un Campeonato de España siendo júnior. Lo logró y, poco a poco, asomó la cabeza en los circuitos nacionales. El nadador aún ve un cierto recelo a cambiar paradigmas en el deporte. “Tenemos que dar todos un paso más. El deporte no tiene sexo. No es un problema. Este Mundial puede ser un punto de inflexión. Esperemos que tenga continuidad y que podamos tener cantera”, cuenta Pau, quien idolatra a Mengual desde niño y hoy nadará junto a ella. Un hito también en el deporte español.