La angustia rige el palpitar de River Plate. Angustia, claro, cuando la banda que parte el pecho es, en realidad, una banda de sangre. Muy roja. Su descenso fue tan monumental como lo es su estadio, recinto catártico y mágico: tormentas de papeles en rojo y carmesí y fuego infernal. Fue en 2011 cuando las siglas CARP se diluían ensangrentadas. Las ruinas de Núñez. Un funeral monumental.
River Plate consumó su primer descenso la Primera B el 26 de junio de 2011, al empatar a uno el partido de vuelta de la promoción contra Belgrano de Córdoba ("El Pirata" había ganado 2-0 la ida). El penalti errado por Mariano Pavone fue la postal que ilustró la debacle. Fue el final de un torbellino decadente que duró tres años, desde la consagración guiada por Diego Simeone en el Clausura 2008. Una turba enardecida invadió las calles adyacentes al Estadio Monumental; saqueos, vidrios destrozados, puertas mancilladas. El descenso de River dejó un halo de destrucción de destrucción a su alrededor. A la "B" se marchó tanto oro, tanta fotografía, tanta gloria.
Es River equipo de gambeta, de academia y épica. También tiene propiedades aviares: equipo "gallina, reverencian sus sicofantes. River es "La Máquina" de Labruna, Loustau, Pedernera, "Los caballeros de la angustia". Tan lejanos en el tiempo que son mito. Epopeya en sepia, moho y tinta de periódico. River es la cadencia de Francescoli, la frialdad de Crespo, los chorros de fuego del Monumental. River es 35 ligas argentinas (el máximo ganador de la historia), dos Copas Libertadores (ambas, ganadas al América de Cali con diez años de diferencia: 1986, 1996). River es el algoritmo del '6': las glorias de '86 y '96 contrarrestaron el desasosiego de 1996 y 1976, (ante Peñarol y Cruzeiro, precisamente, gallinas). River es el cabezazo moribundo de Alzmanedi en Tokio contra el Steaua de Bucarest: la única Copa Intercontinental que se ciñó. River fue el moisés de Alfredo Di Stéfano y el alma de Bernabé Ferreyra. River es, además, la tarde de junio de 2011. River es vaivén, es Ícaro: volar tan alto para caer. Y sobre todas, las cosas, River es angustia.