Hacía frío en Lima. Nada mejor para abrazarse después de lo que veíamos por la tele.
Ahí estaba Juan Giha Yarur y todo su talento y puntería en Tiro enfretándose a la china Zhang Shan (posterior oro) y al italiano Bruno Mario Rossetti (luego bronce). Él y los Juegos Olímpicos Barcelona 92. Hizo 222 puntos, quedó a uno del oro. Tenía 37 años y no sabía -aunque era fácil predecirlo- que su hazaña significaría la última medalla olímpica para el Perú. Hasta hoy.
Fue un 28 de julio que movilizó caravanas, portátiles, portadas y discursos desde el gobierno. Salió en la revista Estadio, en DT El Comercio, en todos los canales. Fue lindo mientras duró.
Giha ganó plata en Barcelona 92.
Veinte años después, Juan Giha habló con El Comercio para recordar ese episodio y, sobre todo, pensar por qué no se repite. Elkin Sotelo le preguntó:
–¿Qué lugar ocupa la medalla olímpica en tu casa?
Está en una urna, en un lugar especial de mi casa.
–Fuiste el último en ganar una medalla para el Perú. ¿Por qué?
Yo te lo preguntaría a ti. Aquí lo triste es que nunca hay apoyo por parte del Gobierno. Solo esperan que alguien gane algo.
Que su mensaje –vigente hoy, en la euforia de las medallas en los últimos Juegos Panamericanos de Toronto– sea un mensaje a la Nación.