Ex tenista de un discreto nivel que, incluso, jugaba mejor al tenis de mesa, Toni Nadal supo enseguida que su hermano Sebastián le había entregado un diamante en bruto que debería pulir pero que, con el tiempo, se transformaría en el mejor de todos. Cuenta la historia -conocida- que enseguida obligó a su sobrino a empuñar la raqueta con la mano izquierda siendo un diestro nato (Rafael Nadal escribe con la mano derecha) para favorecerse ante sus adversarios con esa condición de zurdo. Y también cuenta la historia -no tan conocida- que desde aquellos primeros tiempos le hizo sentir al pibe que, si su intención era ser alguien en el tenis debía olvidarse para siempre del fútbol (su deporte preferido) y hacer un culto del esfuerzo por sobre todo lo demás. Así, durante una relación de 25 años, Toni Nadal formó a un campeón. Y así también se transformó en el tío más célebre del deporte mundial. En el "tío Toni".
No existe en la historia del deporte una relación familiar tan exitosa de entrenador-atleta como la que formaron Toni y Rafael Nadal. Y si la relación duró tanto tiempo fue porque de inmediato llegaron los resultados pero, sobre todo, porque los dos protagonistas supieron soportarse mutuamente. Ahora bien, ¿cómo aguantó al tío a su lado el mejor jugador de canchas lentas de todos los tiempos siendo Toni Nadal muchas veces un auténtico déspota en el trato?Sólo porque él fue el hombre que más confianza le inspiró a lo largo de su carrera, el que conoció sus virtudes y sus defectos a la perfección y el que siempre estuvo seguro -y le transfirió esa seguridad a su sobrino- de que todos los días se puede ir un poco más allá.
“En 2018 no viajaré más con Rafael”, le dijo Toni Nadal este año a un periodista italiano. Nadie sabía que la sociedad se rompería tras una temporada en la que el mallorquín volvió al número 1 del mundo después de más de tres años y de superar una crisis en su juego producto de un cuerpo hastiado de las lesiones y una alarmante falta de confianza que estuvo a punto de sacarlo incluso del top ten (estuvo a un paso durante siete semanas de 2015). Ni siquiera Rafael Nadal tenía esa información. Pero así fue. El Masters de Londres terminó con la dupla y Toni Nadal ya se volvió a Manacor para controlar de cerca la academia de su sobrino. Ya lejos del circuito y de los torneos. Ya lejos de donde se transformó en el famoso "tío Toni".