-¿Con qué sensaciones llega al Mundial de Kazán?
-Tengo las miras muy altas y voy con una mentalidad muy positiva. No sé en qué nivel estoy, porque el año pasado fue muy duro. Voy bien para luchar al máximo. Lo más importante son los Juegos el próximo año.
-¿En qué se nota mejor esta temporada?
-Volví a coger fuerza y equilibrio en la pierna derecha. Estoy ganando confianza. El Open de España fue un poco extraño, pero me ayudó para este Mundial.
-Esa rodilla derecha…
-Sí. Sigo estando lesionada. Tenía la rodilla desplazada y además ya no tengo bien el cartílago. Es difícil recuperarla. Estuve con muchos médicos y conseguí llevar una rodillera que se adaptase a mis movimientos. Logré recuperar musculatura, aunque lo pasé mal porque me recetaron un tratamiento de ácido hialurónico que me dio alergia. Soy ese caso entre un millón. Este año he podido mejorar y ganar estabilidad.
-¿La mentalidad es determinante?
-La mentalidad es todo al final. Si tienes la cabeza bien puesta, haces mejor los entrenamientos, te recuperas antes y tu vida está más equilibrada. Incluso la alimentación y el descanso son también mejores. Pero si no estás bien, dices, date una vuelta y airéate.
-Hábleme de las pruebas en las que competirá.
La del 200 espalda es para divertirme. Es una prueba muy difícil con el nivel que tengo yo a día de hoy internacionalmente, pero tampoco la estoy preparando mucho. Es una oportunidad de poder mejorarla y mi marca es cada año mejor. El 200 libre es una prueba demasiado rápida pero de una resistencia muy dolorosa. Esta es la prueba más difícil, pero aprovecharé la oportunidad.
-Y estas esos 400…
-Es la que más controlo y en la que más me gusta competir. No quiero hacer pronósticos, pero voy a luchar por lo más alto. Y luego está el 800. Me lo propusieron al renunciar Mireia. Es una oportunidad más. Puedo ver si puedo nadarlo o no. Es una incógnita”.
-¿Quién ser la la estrella de estos Mundiales?
Ledecky. No bajó el ritmo y este año nadó muy bien.