El Barcelona cayó en Florencia 2-1, víctima de dos goles de Bernardeschi tras eléctricas acciones de Borja Valero y Joaquín. El equipó culé dominó y llegó, pero se le notó endeble para contener las contras de la Fiorentina. Rakitic en ataque dio las mejores noticias; la fragilidad del triángulo medular, las peores.
Titulares:
Ter Stegen: tras algún malentendido en el juego con el pie, poco pudo hacer en los dos goles de Bernardeschi. Como siempre, uno más a la hora de sacar el balón jugado, faceta en la que es muy valiente; a veces, incluso demasiado. Dejó el sitio a Masip en el 78’.
Sergi Roberto: dando buena salida al balón cuando quiso contenerse, peligroso al centrar cuando ganó línea de fondo. Anduvo más tímido en la primera parte, pero en la segunda se soltó y aportó soluciones en su carril. Con la entrada de Bartra, se adelantó al medio.
Piqué: Babacar fue el mayor peligro a que se enfrentó la pareja de centrales. El internacional español apagó sobriamente las carreras del delantero y se dejó ver en ataque cuando el Barça asedió. Correcto, aunque sin alardes.
Vermaelen: en su primer envite serio, aguantó bien la carrera de Babacar para sacarle el balón. Deja cada vez más atrás la lesión que le secó el curso pasado y acumuló todos los minutos del partido, en busca de su sitio.
Jordi Alba: los dos goles de la Fiorentina llegaron por su costado. En el 2-0, Joaquín le retrató en velocidad, justo aquello en lo que el lateral destaca. En ataque ganó presencia con los minutos, incluso pudo ver puerta de cabeza. Algo impreciso al centrar.
Busquets: a los pocos minutos se llevó un caño de Borja Valero que acabó en el 1-0. La medular azulgrana evidenció lagunas en la presión, aunque con los minutos el mediocentro se asentó, con robos importantes. Como es normal en él, pulcrísimo en la circulación.
Rakitic: a los diez minutos ya había podido marcar dos veces. Muy presente en el ataque, asistió con clase a Suárez para el 2-1. De lo más destacado en el Barça a la hora de crear oportunidades. Jugó algo más de una hora.
Iniesta: con Rakitic en ‘modo ataque’, suya fue la manija del equipo. Distribuyó con acierto, aunque con cierta lentitud, y sufrió en la presión, como el resto de la línea media. Dio un pequeño susto y en el descanso dejó su sitió a Munir con unas pequeñas molestias, aparentemente sin mayores consecuencias.
Pedro: pudo hacer el 2-2 pero se llenó de balón en un remate franco. Minutos después Tatarusanu le privó del gol por dos veces. Se le notaron las ganas por ‘mojar’ y agradar, con su posible fichaje por el Manchester United revoloteando en el ambiente.
Suárez: luchador como de costumbre, tiró mil desmarques hasta que cazó un pase-volea de Rakitic para anotar el 2-1. Poco antes del descanso pudo firmar el doblete, pero midió mal su remate, y Tatarusanu le negó en el segundo tiempo en un mano a mano. Lució lo bien que sabe jugar tanto de espaldas como en los huecos. Dejó su sitio a Sandro tras una hora.
Rafinha: a la derecha del ataque, su carácter de jugador interior le hizo tender constantemente al centro. Ayudó en la circulación, aunque con escaso peligro. Tras el descanso se incorporó a la medular y protagonizó llegadas, una muy clara en la que le faltó sangre fría. A poco del final, fue cambiado por Gumbau.
Suplentes:
Masip: tras su fallo ante el Chelsea, Luis Enrique le otorgó poco más de diez minutos. Actuó con seguridad en el par de acciones en que debió mostrarse.
Bartra: gozó de 30 minutos en el lateral derecho, tras salir en sustitución de Rakitic. No es su sitio, le cuesta mostrarse en ataque y abrir el campo.
Munir: suplió a Iniesta. Escorado a la derecha del ataque, hizo que Rafinha retrasase su puesto. Pudo marcar con un cabezazo algo centrado y con un centro-chut; se topó con Tatarusanu las dos veces. Voluntarioso, quiere brillar como en el arranque del curso pasado.
Sandro: Luis Enrique le dio media hora en lugar de Suárez. Tras un gran desmarque a la espalda de la zaga, puso en las botas de Rafinha el 2-2, pero al hispano-brasileño se le hizo de noche.
Gumbau: diez minutos en lugar de Rafinha en los que dio fluidez, aunque sin aportar nada diferente.