Por Carlos Marroquín
The Miz siempre me cayó mal. Nunca lo vi como un prototipo interesante ni para WWE, ni para las independientes. Y para el colectivo era lo mismo. Nadie lo tenía en cuenta. Lo expulsaban de los camerinos. Hasta los críticos le pronosticaron solo tres meses sobre el ring. Pero, el tiempo y su empuje jugaron a su favor. Y genial que sea así, porque los profesionales tienen por obligación superarse siempre, surfear la mediocridad sin necesidad de irse al fondo de la caja. Sin dudas, este caso es un ejemplo de superación, pero hay que tomarlo con pinzas todavía.
Estaba reunido con mi grupo de amigos, todos ellos pro-wrestling, viendo el último Survivor Series y, a pesar de enfrentarnos a una cartelera tan prometedora, llegamos a la conclusión casi unánime de que The Miz ya está en otro nivel. Su pelea con Baron Corbin fue una de las más destacadas de la noche, no solo por dominar gran parte de la contienda, sino por aguantar al ‘Lobo Solitario’, quien aún sigue en proceso. Y con relación a su personaje y a la facilidad de palabras que tiene, señalamos que está por encima de la gran mayoría. Es así. Les guste o no su personalidad. El ser el más antipático de todos calza perfecto para generar esa sensación de automático rechazo. Y sí lo consigue. Lo hace muy bien.
Justamente, ese es uno de los puntos más sobresalientes que tiene un luchador como The Miz: que ha construido un personaje muy sólido y que va de la mano con su personalidad. Es más, podría señalar que alcanzar este rango es más complicado que tener una gran técnica luchística. Porque, finalmente uno puede entrenar y prepararse bien físicamente, pero cambiar de actitud psicológicamente y de un momento a otro, cuesta años.
Ahora, la pregunta es ¿le alcanzaría al Miz para ser la imagen de la empresa?... Está claro que sí. No será el mejor luchador del momento, pero se defiende lo suficiente para seguir avanzando. Tiene los fundamentos claros de cómo dominar al público. Hoy en día, los gimmicks (personajes) están casi extintos. Se prioriza la calidad propia, la humanización del show y de sus actores. Al igual que en el teatro o el cine, el que menos actúe se llevará las palmas. Lo mismo sucede en un deporte como la lucha libre: a menos ficción en el personaje, el público te aceptará o rechazará más, pero no necesariamente se involucrará emocionalmente con el luchador. Hay que tener claro que los luchadores que tienen mayor capacidad de palabras, rechazos o aplausos, son los que consiguen mayor cantidad de ventas y afinidad con el público. Tal como sucedió con The Rock, Stone Cold o CM Punk, cada uno en su momento.
Entonces, ¿qué le faltaría para alcanzar este reconocimiento? Pues primero que la WWE le otorgue una oportunidad para ser face (el bueno de la historia). Dentro de su carrera ha despotricado contra todos, pero nunca lo hemos visto del otro lado de la vereda. Ya merecería canjear esa opción para ver su completo desenvolvimiento.
Luego, sería muy interesante que la WWE le diera más libertad de la que ya tiene. Por momentos, necesitamos que The Miz defienda sus intereses sin la ayuda desafortunada de Bo Dallas y Curtis Axel. No suman. Además, que apoyen aún más su relación con Maryse, para así revivir esa fórmula que las parejas sentimentales funcionan y bien. Un par de ejemplos para resumir: Macho Man con Miss Elizabeth o la de Triple H con Stephanie McMahon.
Separando distancias, el caso de The Miz me hace recordar bastante la estrategia que tuvieron los creativos con Edge. Al inicio, lo separaron de Christian y le dieron chances importantes que lo convirtieron en Campeón de la WWE, Pesado, Intercontinental, de los Estados Unidos, Rey del Ring (2001), Mister Money in The Bank (2005 y 2007), ganador del Royal Rumble (2010), entre otros importantes galones. Es cierto que el nivel de pelea de la ‘The Rated R Superstar’ era un tanto superior al de The Miz, pero no podemos negar tampoco que su personalidad para conectar con el público los asemeja. Cada uno con su estilo. Pero es lo que finalmente necesitamos ahorita, que este tipo de estrellas con frescura tomen las riendas de la empresa como imagen. ¿Se imaginan lo que sería la previa que podrían construir con Samoa Joe o con Paul Heyman? Una locura.
Ahora bien, según reportó PWInsider.com The Miz estará fuera del ring por unos meses. No se sabe cuánto tiempo. Pero, debajo de la mesa se sabe que tiene un contrato para rodar otra película, que sería una secuela más del Marine. Aparte, seamos sinceros con el deportista: necesitaba un descanso con urgencia. Fueron 169 de pura actividad como monarca Intercontinental.
Hace pocas horas, fue entrevistado en el podcast de Sam Roberts y se despachó asegurando que él fue el encargado de devolverle el prestigio que había perdido el título Intercontinental. Ok. Suscribo cada palabra que disparó.
(Sobre su rivalidad con John Cena y lo que esto generó) “Entonces, hace seis años, diría que no es que no estuviera listo, pero ahora tengo mucha más confianza de la que tenía en ese momento. Vives y aprendes y es a través del proceso de aprendizaje que ahora sé que incluso cuando no tienes un título tienes que permanecer en el nivel estelar y no permitir que nada lo entorpezca. (...) Antes de que fuera capaz de hacer esto, estuve pensando en cómo hacer que la gente me viera como alguien grande, y creo que lo he estado demostrando y logré momentos memorables haciendo que el título Intercontinental fuera el más prestigioso. (...) Ese ha sido mi objetivo desde que lo gané, hacerlo que fuera como antes. Cuando estaba creciendo, Ultimate Warrior estaba en el mismo nivel que Hulk Hogan, que era el Campeón del Mundo y ahora mismo, ¿qué título individual ves cada semana en Raw, sino el Campeonato Intercontinental?”.
No queda más que decir. Denle una revancha. La merecemos. Miz, sigue resumiendo a cero las críticas… con total confianza. Volvamos al debate inicial: ¿The Miz podría ser la nueva imagen de la WWE? Está claro que sí.