La elección de Todd Gurley, último salvavidas para Fisher
Los Rams van lentos. Demasiado. Cuando Jeff Fisher llegó al equipo tenía fama de ser poco menos que ‘McGiver’. Un tipo capaz de construir un equipo competitivo en tiempo récord con un imperdible y un tapacubos. La realidad es que, tres años después, los Rams han dado dos pasitos pa’lante y otro pa’trás como dice la canción. Y eso solo les ha servido para ser intrascendentes.
No se puede negar que Fisher ha construido en estos años una defensa poderosa, pero eso no es suficiente. Y menos en una división en la que todos los equipos tienen grupos inexpugnables a ese lado del balón. Seahawks, 49ers y Cardinals no solo han convertido la defensa en un arte, también han tenido ataques poderosos, rocosos, capaces de embestir por tierra y de dar latigazos por el cielo. Y los Rams, simplemente, no han tenido ataque. Ninguno.
Unas veces por malas elecciones en el draft, o fichajes equivocados, y otras porque sus estrellas ofensivas se hacían mayores o no salían de la enfermería, los de Fisher no han conseguido tener pegada en todo este tiempo, por muchos experimentos que se hayan podido intentar. Tantos años esperando a Bradford han provocado un estado de resignación, de conformismo, que ha ido carcomiendo por dentro el alma del equipo y del actual proyecto.
Ahora, la franquicia parece empeñada en reinventarse desde sus cimientos. Mientras su propietario, Stan Kroenke, no va a cejar hasta que consiga llevarse el equipo a Los Ángeles cueste lo que cueste, y por encima del cadáver de quien haga falta (incluido Goodell), Fisher se ha librado del lastre Bradford, que se marcha de St. Louis, cuatro años y 60 millones de dólares después, sin que nadie sepa a ciencia cierta cuál es su auténtico nivel. El cambio de cromos ha terminado con Foles en el equipo, un quarterback que deslumbró en los Eagles en 2013, pero que el año pasado se demostró frágil y muy mal encajador de golpes. Y si analizamos la línea ofensiva de éstos Rams, harán falta muchas velas a la Virgen para que el jugador no termine por borrarse tras ser atropellado.
Visto lo visto, la atrevida apuesta por el corredor Todd Gurley en la primera ronda del draft tiene todo el sentido del mundo aunque pareciera que el equipo tenía necesidades más acuciantes. Los Rams necesitaban un referente ofensivo y Gurley puede ser esa arma de destrucción masiva que les devuelva a la vida. Fisher no ha sabido resucitar a los Rams con un imperdible y un tapacubos. Veremos si puede hacerlo con Gurley y Foles.
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TRES CLAVES DEL EQUIPO POR MARCO ÁLVAREZ
1 Si los Rams quieren competir en la dura NFC Oeste necesitan que su defensa se aúpe entre las más grandes de la liga. En la 2ª mitad de la pasada campaña registró dos “shutouts”, dejó en siete puntos a los Broncos de Peyton Manning y consiguió ocho sacks sobre Colin Kaepernick, todo ello impresionante. Ese rendimiento es el que necesitan todo el año.
2 En sus tres años en St. Louis el equipo de Jeff Fisher no ha pasado del puesto 19 en yardas de carrera. La filosofía del head coach se predica en un potente juego terrestre y de ahí la selección en el draft de Todd Gurley y tres líneas de ataque con sus cinco primeros picks. ¿Cómo encajará todas las piezas nuevas Fisher para conseguir el dominio en las trincheras?
3 Los Rams llevan dos temporadas navegando sin capitán por mor de las lesiones de Sam Bradford. Con la confianza perdida en el que se esperaba que fuese el quarterback franquicia las esperanzas se depositan ahora en Nick Foles. El ex Eagle ha cambiado de escenario por completo y de su adaptación dependerá mucho el rumbo de la campaña de St. Louis.
Lo mejor
1 La línea defensiva de St. Louis es seguramente la mejor de toda la NFL.
2 Esperanza, ilusión, eso es lo que destila Gurley en los fans de los Rams.
3 La llegada de Foles debe dotar de la estabilidad perdida en el puesto de quarterback.
Lo peor
1 El cuerpo de wide receivers no intimida a nadie, y menos a sus rivales divisionales.
2 La línea de ataque está por hacer y formarse, hasta tres rookies podrían ser titulares.
3 La más que posible marcha de la franquicia a Los Angeles puede crear distracciones.