La ampliación de contrato del linebacker Bobby Wagner con los Seattle Seahawks demuestra que el equipo ha encontrado el paradero de las legendarias Minas del Rey Salomón o bien se ha hecho con la llave que abre la caja de caudales del Rey Midas.
La franquicia del estado de Washington se ha asegurado los servicios de otra pieza clave más en su esquema con la extensión de cuatro años y 43 millones de dólares (22 garantizados) de uno de los mejores sino el mejor inside linebacker de toda la competición.
En una fulgurante sucesión de acontecimientos, los Seahawks han atado a Wagner, ni habiéndose cumplido 72 horas de la también ampliación de contrato de su quarterback Russell Wilson por cuatro años más y 87.6 millones. De esta manera, las asignaturas pendientes del club para la offseason quedan cubiertas.
Bobby Wagner era una de las mayores gangas de toda la liga al cobrar sólo 977.000 dólares y ocupar el puesto 120 del ranking de los mejores pagados en su puesto. Al igual que en el caso de Kam Chancellor, que busca mejorar su contrato con Seattle y que ya se ha perdido los tres primeros días del training camp, Wagner barajó la opción de ejercer ese “holdout”, esa ausencia para forzar al equipo a negociar.
“Estoy agradecido por el acuerdo. Si la situación se hubiese prolongado más, quizás no hubiese sido tan paciente”, declaró el linebacker tras conocerse la noticia.
Lo que si tenía claro Bobby Wagner es que su estatus tenía que ser reconocido y no necesariamente hacer saltar la banca para ser el mejor inside linebacker pagado de la liga, circunstancia que ocurrirá a partir de ese momento para esta antigua segunda ronda del draft y All-Pro la campaña anterior.
Una vez que el caso Wagner se ha solucionado, la atención de Pete Carroll y los Seahawks se dirige hacia Kam Chancellor. “Es una parte fundamental del equipo y los chicos le admiran mucho. Espero que le podamos tener aquí lo más pronto posible”, comentó el head coach del subcampeón.
Queda evidente que no todos son alegrías en el bando de Seattle ya que el club ha tenido que cortar al defensive tackle Tony McDaniel tras las ampliaciones de contrato de Wilson y Wagner. Tenía asignado un salario base de 2.5 millones de dólares e iba a ser agente libre en 2016 tras finalizar su acuerdo de dos años de duración. Con ello, los Seahawks pierden a un jugador que había sido titular en 29 de los últimos 32 partidos de temporada regular disputados.
Todo este sudoku financiero en el que se ha convertido el presupuesto de la franquicia no ha hecho más que comenzar. Según distintos estudios, Seattle Seahawks tiene comprometidos 100 millones de dólares en sólo diez jugadores, dejando apenas 50 millones para cumplir con las salarios de los 43 jugadores restantes que componen el roster del club, incluidos todos aquellos que tienen que ser firmados antes de marchar a la lista de lesionados. Asimismo, limitará su capacidad de contratar un veterano con un alto salario que pueda suponer un impacto a la hora de mejorar las opciones de Seattle.
Hace escasamente tres días, Seattle tenía a tres jugadores que cobraban 10 millones o más por temporada. Esa cifra se ha incrementado hasta los cinco con los contratos de Russell Wilson y Bobby Wagner.
A pesar de todo ello, nadie puede negar que la franquicia ha hecho sus deberes y que la potencial ventana de oportunidad que tenía para sumar títulos se ve ampliada mientras el núcleo del equipo siga unido.