El 31 de julio del 2013, en la cancha del Nemesio Diez, un joven delantero debutaba en el máximo circuito con Pumas… Con 20 años y múltiples halagos de quienes conocían su facilidad para anotar, desmarcarse y rematar, comenzaba el camino profesional de un desconocido Daniel Ramírez Monroy; su nombre tendría repercusión en los siguientes meses, inmiscuido entre un protagonismo repentino dentro del terreno de juego, asumiendo responsabilidades mayúsculas, así como por declaraciones polémicas, acusando de cobros por formación futbolística.
Su historia fue breve, pero pertenece a la memoria colectiva y hoy, después de deambular en categorías inferiores de diversas escuadras, vuelve a CU. El balompié es una especie de ruleta rusa, que cambia la posición de los protagonistas de manera simultánea y sin previo aviso. Daniel Ramírez, muy joven, vivió las mieles del éxito, el gozo de ser portada en los diarios deportivos y el reconocimiento de compañeros y rivales, por su indiscutible calidad, pero en ese mismo semestre, su carrera se vio oscurecida por un entorno poco favorable para un jugador que no tiene ni 20 cotejos en Primera División.
“Antes de llegar a Pumas, hice una prueba para una filial de Pachuca, en Atizapán, pero al final del entrenamiento me pidieron 10 mil pesos para que asegurara mi lugar”, dijo el ariete a ESPN a finales del 2014.
Las declaraciones tuvieron una repercusión prácticamente inmediata en todos los medios, se trató de localizar al protagonista y sobre todo, al acusado: Ángel González, también conocido como La Coca, un prestigiado visor del futbol nacional, que entre otros, había descubierto a talentos como Cuauhtémoc Blanco.
“Estoy sorprendido por las declaraciones de este jovencito, manchan mi imagen”, apuntó el formador horas más tarde de lo dicho por Ramírez.
“A los jugadores se les pedía una cuota, a manera de inscripción, pues tenían una casa club; no contábamos con el patrocinio ni de Pachuca, ni de nadie”, remataba.
La telenovela se postergaría por un par de semanas… Las conclusiones arrojarían el despido de González como visor principal del Pachuca, así como la reducción de minutos para Ramírez, que por si no estaba claro, había rendido una nueva conferencia, en la que ponía fin a la polémica:
“Tenía 13 años cuando fui a las pruebas, y sí, sí pidieron 10 mil pesos, pero eran para el sustento de las fuerzas básicas. Mi familia y yo no teníamos cómo pagar ese dinero, por eso no me quedé, más allá de haber sido seleccionado en las pruebas”, decía Daniel, al lado de Mario Trejo, el vicepresidente del club auriazul.
Parecía que lo deportivo importaba de poco y es que, en ese Clausura 2014, Daniel Ramírez gozó de la plena confianza de José Luis Trejo, el timonel de la institución, marcando goles relevantes, ante Chivas, Cruz Azul y América. El canterano ya le había ganado la partida en cuanto a actividad, a extranjeros de recién ingreso como Diego Lagos e Ismael Sosa, antes de que el argentino explotara. Las actuaciones destacadas y el romanticismo de ser un ‘hecho en CU’, le garantizaron muy pronto un sitio entre los consentidos de la afición puma, pero la polémica en su torneo de despegue, cambiaría los planes inmediatos.
El Torneo Apertura 2014 arrojó malos resultados en las primeras cinco jornadas, en las que Ramírez pasó de ser uno de los primeros recambios de José Luis Trejo, quien fue destituido, a una opción intrascendente para Guillermo Vázquez, que tomó el relevo en el timón universitario. En dicho certamen, Daniel acumuló tres apariciones más, totalizando 37 minutos con Memo; era el comienzo del final. El nuevo entrenador no confiaba en lo que podía aportar y el ‘25’ requería de minutos para recobrar las sensaciones y la confianza.
Esperaría un certamen más en el Pedregal para intentarlo de nuevo, sin nada seguro. Seis meses más tarde, los resultados fueron peores, con el cuadro estelar, Ramírez sumó un minuto de acción, entrenado de cambio en la Jornada 14. Daniel, muchas veces, ni concentraba. Si quería recuperar el pulso ascendente de su trayectoria, estaba claro que no era en Pumas.
En el mercado de transferencias salió cedido a Coras, donde permaneció un año en el Ascenso y sin gran actividad; a mediados del 2016, de nueva cuenta saldría a préstamo, pero ahora al Reynosa FC, un cuadro de Segunda División y sería hasta el comienzo de este 2017, que volvería a encausarse: ocho goles en 15 encuentros en el primer semestre y pese a que cambió de aires, para el cierre de año, con el Deportivo Tepic, de la misma categoría, marcó siete dianas en 15 cotejos.
Seis meses más tarde, los resultados fueron peores, con el cuadro estelar, Ramírez sumó un minuto de acción, entrenado de cambio en la Jornada 14. Daniel, muchas veces, ni concentraba. Si quería recuperar el pulso ascendente de su trayectoria, estaba claro que no era en Pumas. En el mercado de transferencias salió cedido a Coras, donde permaneció un año en el Ascenso y sin gran actividad; a mediados del 2016, de nueva cuenta saldría a préstamo, pero ahora al Reynosa FC, un cuadro de Segunda División y sería hasta el comienzo de este 2017, que volvería a encausarse: ocho goles en 15 encuentros en el primer semestre y pese a que cambió de aires, para el cierre de año, con el Deportivo Tepic, de la misma categoría, marcó siete dianas en 15 cotejos.