En su segundo día en Argentina, los Tigres se perciben más que motivados, metalizados en ganar este miércoles bajo la enorme presión del Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti, la primera Copa Libertadores para un club mexicano.
El grupo que se percibe relajado, seguro y concentrado, tiene la experiencia para controlar los nervios de los más jóvenes y por ello trascendió que el francés André Gignac y Nahuel Guzmán ya hablaron con Jürgen Damm para tranquilizarlo y quitarle responsabilidad por lo que pudiera salir mal, después de haber fallado la opción más clara del primer juego, celebrado el miércoles de la semana pasada en Monterrey.
El brasileño Rafael Sobis, quien dio uno de los partidos más flojos que se le recuerden en meses, se cortó la barba y les dijo a sus compañeros que la idea es mostrarles que será otro en el duelo decisivo.
Por su parte, Ricardo Ferretti se acercó a los líderes para decirles que percibe de los medios locales y de los jugadores "millonarios", que "ya se sienten campeones” y que eso será útil para la causa felina.
El uruguayo Egidio Arévalo también habló y dijo que saben que llegan a Buenos Aires a aguarles la fiesta a los locales.
“Todos saben lo que se van a jugar aquí, va a ser su fiesta, pero nosotros venimos convencidos de lo que queremos. Vamos a tratar de hacer nuestro trabajo y no de especular con lo que haga River”.