Vikingos sabe que puede hacer historia. No solo buscan jugar su quinto Super Bowl en la historia, el primero desde 1977, sino que con su marca de 11-3 que ya les dio el título de su división, pelean por ser el primer sembrado de la Nacional o descansar la primera semana de los playoffs, pero además, con lo que han hecho, en este momento son aspirantes reales a llegar al Super Domingo y jugarlo en casa. Eso nunca ha sucedido y ellos realmente pueden lograrlo.
La NFL decidió cambiar una costumbre de darle a algunas ciudades la sede del Super Bowl por el simple hecho de ser sitios con clima agradable cuando se realizaba el choque, a convertir en un premio esta designación para los lugares que estrenan estadio. Así, a partir de que Houston organizó la edición XXXVIII se abrió la puerta a que un conjunto pudiera tener la experiencia de disputar el título en su propio estadio. Pero después de 14 eventos nadie lo ha hecho. Minnesota busca acabar con esta especie de maldición.
Los pupilos de Mike Zimmer están marcando una amplia diferencia con el resto de conjuntos de la NFC, y pelea con Filadelfia por ser el mejor conjunto.
Con una defensiva que permite 17.3 puntos por juego (entre otras cosas destacadas) y con una ofensiva que anota 24.5, son un conjunto sumamente equilibrado que tiene marca de 8-2 en la NFC, y pelea por quedarse con uno de los dos primeros sitios. Eso los dejaría a un par de triunfos de salir por el túnel del Estadio US Bank el domingo 4 de febrero.
“Lo he dicho todo el año, tenemos un gran grupo”, dijo el mariscal de campo Case Keenum, quien ha resultado ser un héroe inesperado luego de que Teddy Bridgewater y Matthew Sttaford estaban por encima de él. “Ha sido grandioso ganar la división y hacerlo en casa, con nuestro fans y ahora queremos asegurar al menos un juego como local en los playoffs. Aunque lo tomamos una semana a la vez, sabemos que tenemos todo frente a nosotros y está en nuestras manos conseguirlo. Nos hemos puesto metas, individuales y colectivas, y hemos conseguido unas y todavía tenemos otras más grandes”.
Con lo que han hecho hasta ahora, y con dos juegos pendientes (Green Bay y Chicago), Vikingos puede ser el conjunto con la mejor marca el año que será sede del Super Bowl. Arizona quedó 11-5 hace tres calendarios.
Antes se podía considerar como una mala noticia el que fueran elegidos como una sede ya que fue hasta la edición 49 cuando el organizador calificó a playoffs, ya que antes (en 11 ocasiones consecutivas), el equipo ni siquiera avanzó. Incluso hubo una ocasión en la que dos conjuntos tuvieron esta oportunidad, cuando el duelo 48 fue en casa de Jets y Gigantes, pero ni así se dio.
Desde que se dio una renovación en la rotación de los inmuebles sedes del Super Tazón (2004) estos son los conjuntos que ni siquiera llegaron a playoffs: Houston, Jacksonville, Detroit, Miami, Arizona, Tampa Bay, Dallas, Indianápolis, Nueva Orleans, Jets y Gigantes.
Lo más destacado es que de 2008 hasta 2012, el equipo había jugado en la postemporada un calendario antes pero el año de ser sede del SB, quedaron fuera. Los casos más destacados son los de Indianápolis y Nueva Orleans. Los Potros tenían nueve campañas al hilo jugando en enero al llegar 2011, por lo que había muchas posibilidades de luchar por el pase al Super Bowl, pero Peyton Manning se lesionó y quedó fuera todo el año, lo que llevó al equipo a un patético récord de 2-14.
Al año siguiente la oportunidad la tenían los Santos, quienes con tres años al hilo en postemporada y con Drew Brees, eran contendientes, aunque la suspensión del head coach Sean Payton los dejó fuera con un 7-9. ¿Qué hará Minnesota? ¿Superará a Filadelfia, el que parece el único capaz de ganarle o serán la mejor historia del 2017?