Es el capo de Ferrari desde que sucedió a Montezemolo en septiembre. Y como su compatriota, Sergio Marchionne habla sin dejar dudas en el receptor del mensaje. “Sinceramente ni a Ecclestone ni a mí nos gusta como está planteada la F-1 actual. Decir que Bernie, yo o el resto de constructores estamos contentos con el desarrollo en los últimos cuatro o cinco años es una blasfemia”, afirma en ‘Autosport’ poco antes de que los coches rueden en el Red Bull Ring austriaco.
En la hoja de ruta del dirigente aparece un año: 2017. “Es el año en el que podemos hacer cambios significativos. En la forma en la que están construidos los monoplazas, su potencia y la manera en la que gestionamos la aerodinámica. Tenemos un gran desafío por delante y Ferrari desea participar en el nuevo camino que decida tomar la F-1. He hablado con Zetsche (presidente de Daimler), Wolff, Lauda... y todos coincidimos en que hay que hacer algo para devolver a la F-1 a lo que era antes, el pináculo del deporte”.
Marchionne también tiene claro que hay elementos clave que deben cuidar: “Necesitamos mantener los costes bajo control, pero seguir siendo un espectáculo ya que es importante para los patrocinadores, que son los que financian todo esto. De no ser cuidadosos se puede ir a la quiebra. Y es crucial que la transformación interese a los aficionados”. Por último, el jefe rojo habló de Vettel: “No tengo la más mínima duda de que fue la decisión correcta para Ferrari. Tenemos suerte de tenerlo con nosotros”.