La Selección española perdió ante China el partido que nunca quiso jugar, el que daba acceso a seguir peleando por la amarga quinta plaza. Aunque Miki Oca intentó inculcarle a sus chicas el mismo espíritu competitivo de siempre, el encuentro se jugó con otra intensidad, conscientes ambos conjuntos de que era un duelo menor a los que se jugarían después en el Waterpolo Arena. La Selección empezó algo destensada, triste aún por la eliminación ante Estados Unidos, aunque fue cogiendo el ritmo a medida que avanzó el encuentro pero repitió imprecisiones en ataque que finalmente le costaron el choque.
En un abierto primer parcial, con más protagonismo de los ataques de las defensas, China y España empataron a tres goles. Golpearon primero las asiáticas, más corajudas, más enteras después de caer ante Australia por penaltis en cuartos de final. Pero España encontró muchas superioridades en ataque que supo aprovechar, con tantos de Tarragó, Maica García y Anni Espar. En el segundo parcial, las de Oca enderezaron más el rumbo, sobre todo en defensa. Dejaron a China con solo un gol anotado y ellas tomaron ventaja por primera vez en el partido (2-1).
Pero el choque adquirió otros caminos después del descanso. La Selección empezó a fallar ataques claros, topándose con los palos o con la portera china, lo que provocó un parcial de 2-4 con el que se llegó al último cuarto con ventaja rival (7-8). Esa diferencia fue insalvable. El 7-9 fue muy protestado por el equipo español. Song lanzó y Pareja lo sacó de encima de la línea, pero los árbitros dieron gol. Ese tanto acabó de decantar el duelo. España erró los siguientes dos ataques por imprecisiones en los pases y Song, nuevamente, hizo un 7-10 que parecía definitivo a falta de cinco minutos para el final.
Entre Song y Zhao marcaron ocho goles y fueron un quebradero de cabeza para el conjunto de Oca, que peleó hasta el final con tantos de Forca (9-10) pero que no atinó en la última acción para empatar el choque. España peleará el viernes ante el perdedor del Rusia-Grecia por la séptima plaza. Será la despedida de las guerreras del agua en este triste Mundial de Kazán, un paréntesis tras tres años subiendo a los podios.