El veterano escolta argentino Manu Ginóbili mantuvo una jornada más el protagonismo en el juego de los Spurs de San Antonio y se convirtió también en el latinoamericano más destacado en la jornada de la NBA.
Ginóbili anotó 12 puntos, incluyendo una canasta extraña, que necesitó la revisión de los árbitros, y acabó de nuevo como sexto jugador de los Spurs.
Su aportación permitió a los Spurs ganar a domicilio por 91-100 a los Knicks de Nueva York y darle a su entrenador, el veterano Gregg Popovich, la victoria número 1.176, la quinta mejor marca de los máximos ganadores en la historia de la NBA al superar a su amigo George Karl.
Ginóbili jugó 24 minutos, encestó 4 de 6 tiros de campo, incluidos 2 de 3 triples, 2 de 2 desde la línea de personal, logró cuatro rebotes y entregó dos asistencias.
El triple ‘invisible’
El internacional argentino logró una canasta extraña al intentar un pase cerca de la línea de los 3 puntos a su compañero, el ala-pívot LaMarcus Aldridge, pero el balón pasó por encima de él, entonces Michael Beasley lo capturó y comenzó a avanzar por la cancha mientras Ginóbili hablaba con los árbitros diciéndoles que había sido canasta.
Los árbitros acreditaron la canasta a Ginóbili, pero solo de dos puntos. La canasta se revisó después de que terminó el cuarto y se contó como un triple, lo que le dio a San Antonio una ventaja parcial de 67-81, que sería decisiva.
"Ha sido la mejor canasta que he anotado en lo que va de temporada", declaró Ginóbili, de 40 años, al concluir el partido. "No entendía por qué no querían darle por buena". (EFE)