23/11/2024

Lautaro Martínez juega en Bahía, la ciudad donde soñó con ser un crack

Sábado 10 de Febrero del 2018

Lautaro Martínez juega en Bahía, la ciudad donde soñó con ser un crack

Clarín recorrió el Club Liniers y habló con técnicos, dirigentes y excompañeros del chico de Racing después de una semana especial.

Clarín recorrió el Club Liniers y habló con técnicos, dirigentes y excompañeros del chico de Racing después de una semana especial.

Recorrer los primeros pasos como futbolista de Lautaro Martínez en Bahía Blanca es la crónica de un éxito anunciado. Su familia, los compañeros en menores y la Primera de Liniers, sus entrenadores y los dirigentes que lo vieron crecer coinciden en que estaba predestinado a llegar y consolidarse en el fútbol grande del país. Pero ahora, a punto de dar el salto europeo que muchos sueñan y apenas un puñado concreta, más la ilusión del Mundial asomando fuerte, no dejan de sorprenderse por su explosión. Y nadie arriesga a ponerle límites a una carrera forjada, eso sí no hay duda, desde la pasión, la humildad y la idea constante de superación.

Lautaro Martínez juega en Bahía, la ciudad donde soñó con ser un crack

Recorrida por el Club Liniers, donde se formó Lautaro Martínez. (Foto: Delfo Rodriguez)

“Ya de chiquito, fue un apasionado del fútbol. Cada día que llegaba de la escuela, se sacaba todo e iba a jugar toda la tarde. Estaba en todos los detalles. Limpiaba y ordenaba su ropa y se lustraba los botines”, recuerda el papá Mario, Pelusa para los que lo vieron marcar punta y proyectarse en Villa Mitre, Rosario de Punta Alta, Racing de Olavarría y Liniers. Donde lo llevó el fútbol, ahí estaban con él Lautaro y Alan, su hermano diez meses mayor, anotándose en la escuelita de cada club. “Lleva el fútbol en la sangre y siempre tuvo en mente ser jugador profesional”, remarca el papá también de Jano, jugador de la selección Sub 15 nacional de básquet.

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Desde las formativas, Lautaro fue delantero, al principio, bien abierto sobre la derecha. Con el pelo largo y rubio, lo llamaban Caniggia. “Era un 7 potente, rápido y habilidoso”, recuerda Pablo Rodríguez Aruanno, que se cansó de transformar en goles, los desbordes de su compañero, un año más chico que él, en la categoría 96 A del Chivo bahiense. “¡Me los dejaba servidos! Era tocar y hacerlos. A pesar de la ventaja que daba en la edad, marcaba la diferencia”, agrega el joven, hoy alejado del fútbol.

Lautaro Martínez juega en Bahía, la ciudad donde soñó con ser un crack

Recorrida por el Club Liniers, donde se formó Lautaro Martínez. (Foto: Delfo Rodriguez)

Néstor Comino, uno de los DT que más potenció a Lautaro, también lo avizoraba distinto. “Tenía una mentalidad muy fuerte, además de sus condiciones”, resalta quien lo transformó en media punta y lo sacó campeón dos veces en menores.

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Para Alberto Desideri “no hacía falta decirle nada. Sólo ponerlo en cancha y que jugara”. En el debut en Primera ante Comercial, 0-2 abajo, lo hizo entrar desde el banco y a los dos minutos, anotó su primer gol. “Demostró muy rápido que estaba para subir de categoría. Cerca del área, era letal”, detalla el entrenador, sobre el Lautaro de aquel clave 2013.

Lautaro Martínez juega en Bahía, la ciudad donde soñó con ser un crack

Recorrida por el Club Liniers, donde se formó Lautaro Martínez. (Foto: Delfo Rodriguez)

Con sólo 15 años, además de jugar con los mayores, salió goleador del Sub 17 nacional en el que Bahía Blanca perdió la final con Rosario. En un entrenamiento de ese equipo, Fabio Radaelli, que buscaba talentos en otra cancha del complejo Zibecchi de Liniers, lo vio 10 minutos y se lo aconsejó a Racing. Al verano siguiente, ya era uno más en la pensión del complejo Tita Mattiussi.

Lautaro Martínez juega en Bahía, la ciudad donde soñó con ser un crack

Primeros pasos. Cuando recién empezaba a calzarse la de Liniers.

“Pateaba desde la mitad de la cancha y la clavaba en el ángulo”, cuenta sin exagerar Lucas Esperón, casi un hermano más que el fútbol se lo cruzó violentamente en el camino. En un Liniers-Tiro Federal de menores, chocaron las cabezas y Lautaro sufrió fisura de cráneo. En el hospital, nació la amistad que derivó en 5 años juntos con la camiseta albinegra, con la que festejaron varios campeonatos. Como aquel en cancha de Comercial donde perdían 1-3 y precisaban un empate para lograr el título. “Lautaro metió los dos, uno de tiro libre en el último minuto y se armó un festejo loco”, evoca.

Lautaro Martínez juega en Bahía, la ciudad donde soñó con ser un crack

Recorrida por el Club Liniers, donde se formó Lautaro Martínez. (Foto: Delfo Rodriguez)

José María Bilbao, directivo de Liniers, guarda en las retinas el mismo momento. “Fue algo fuera de lo normal. Hay muchos con sus condiciones, pero no todos llegan. Verlo ahora, es una de mejores alegrías que puede tener un dirigente amateur”, concede.

Lautaro Martínez juega en Bahía, la ciudad donde soñó con ser un crack

Recorrida por el Club Liniers, donde se formó Lautaro Martínez. (Foto: Delfo Rodriguez)

Las razones las encuentra en la formación familiar (“Nos prometió terminar la secundaria y lo hizo en Racing”, aporta el papá, que recuerda las dos primeras semanas “muy duras” en la pensión de Racing) y la del club (“Hace 40 años que se mantiene una línea y hemos aportado varios jugadores al profesionalismo”, acota Bilbao).

Su sentido de pertenencia con la ciudad, en la que pasa sus vacaciones entre la pileta de su club y Monte Hermoso y con su entorno familiar y de amigos (“Los únicos cambios que veo, son en lo futbolístico y el físico. Sigue siendo el mismo pibe de siempre”, confía Lucas) son otros valores que definen a Lautaro.

Lautaro Martínez juega en Bahía, la ciudad donde soñó con ser un crack

La pileta del Club Liniers, donde se formó Lautaro Martínez. (Foto: Delfo Rodriguez)

Ese pibe que aún con lluvia, se subía a la bicicleta para ir a entrenar. Que no se bajoneó cuando Boca y San Lorenzo le cerraron las puertas y el que cada vez que vuelve a Bahía, no se pierde asados ni picados con sus amigos. Y el que hoy, más allá de las camisetas y los colores, será recibido como uno de los mejores embajadores de la ciudad, cuando pise el Carminatti.

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