Ante dos brutales patadas, la mayoría de los futbolistas quedan tendidos en el suelo o, al menos, reclamando al árbitro por la sanción de la falta y la eventual tarjeta amarilla o roja para los rivales. Pero el capitán del Celtic de Escocia, Scott Brown, tuvo una reacción muy diferente.
En el partido que el conjunto de Glasgow jugó en condición de visitante ante Aberdeen por la fecha número 28 del torneo escocés, Brown llevaba la pelota y dos rivales intentaron detenerlo con violentas entradas.
Tras la segunda patada, el árbitro cobró la falta y los jugadores del Celtic se fueron en contra del rival. Todos menos el capitán, que miró hacia las gradas gritando y exhibiendo una amplia sonrisa. Con el pecho inflado, el futbolista parecía vanagloriarse de su fortaleza física ante los miles de fanáticos.
Motivos para sonreír no le faltaron al capitán al cierre del encuentro, ya que su equipo se quedó con un triunfo por 2-0 que le permite seguir como líder del campeonato, con nueve puntos de ventaja por sobre su inmediato perseguidor y clásico rival, el Rangers.
Brown había sido noticia días atrás cuando su equipo viajó a San Petesburgo para jugar ante el Zenit por la Europa League. El mediocampista se paseó por las calles de la ciudad rusa en remera, cuando se registraba una temperatura de 11 grados bajo cero.
It's -11° С in #SaintPetersburg and @ScottBrown8 has just become Russia's favourite Scotsman #Respect #OneOfUs #ZENCEL pic.twitter.com/WUj85krzwp
— FC Zenit in English (@fczenit_en) February 22, 2018
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