Antoine Griezmann tiene calidad de sobra para jugar en el Barcelona. Sucede, no obstante, que delante se encontraría con una competencia feroz, pues debería disputarse el puesto ni más ni menos que con Lionel Messi.
La vieja costumbre del Barcelona de debilitar al Atlético
Ambos son zurdos y, teniendo en cuenta que el Barcelona juega sin mediapunta y su esquema tampoco refleja que un segundo atacante acompañe al delantero centro, debería ocupar la posición de extremo derecho, lo que le permitiría utilizar su pierna buena para irse hacia el eje, exactamente igual que hacía Messi en sus inicios. Actualmente el argentino goza ya de plena libertad de movimientos. Ocurre, sin embargo, que por la derecha puede chocar con Ousmane Dembélé.
Otra posibilidad sería la de alinearle por la izquierda en el lugar que dejó libre Neymar Da Silva, lo que mermaría sus prestaciones al no poder trazar diagonales con su pierna buena, sin olvidar además que es ahí donde más ha brillado Philippe Coutinho, quien sí puede pisar el área y mirar la portería rival utilizando su pierna buena.
De todas formas, y aunque parezca complicado que puedan coincidir los cinco en el once titular, la indómita calidad de Messi permite cualquier cosa, hasta que el rosarino se convierta en el cerebro del Barcelona y se instale en la zona media, abriendo el frente de ataque a un nuevo tridente en el que el zurdo Griezmann, el diestro Luis Suárez y el ambidiestro Dembélé copen las posiciones ofensivas mientras Coutinho y el rosarino elaboran el juego desde la zona ancha. Eso sí, a Sergio Busquets le tocaría trabajar como nunca.