Si los once combates confirmados hasta el momento para WrestleMania 34 no eran suficientes para satisfacer a un sector de la afición, la inesperada vuelta de Daniel Bryan a los cuadriláteros y su inminente participación en el magno evento probablemente haya significado el plus necesario para contentar a la gran mayoría de los detractores. Y es que incluso si el ex Campeón WWE no hubiese obtenido el semáforo verde para hacer lo que mejor le calza, pocos se estarían quejando de la forma que el cartel del show ha tomado en las últimas semanas.
Durante los dos últimos años, durante esta temporada, plasmé mi opinión en SÚPER LUCHAS acerca de lo poco convincentes que resultaron el más reciente par de ediciones de la Vitrina de los Inmortales. Y como contraposición diseñé un cartel propio que, a mi humilde criterio, suponía una mejor alternativa a lo que terminaríamos obteniendo. WrestleMania 32 y WrestleMania 33 tuvieron sus puntos fuertes, pero dejaron a muchos con un mal sabor de boca por falta de combates de nivel.
Sin embargo, este año no hay necesidad de ejercitar la imaginación, puesto que esta edición promete una lista de encuentros sumamente atractiva. La mejor, si me lo preguntan, desde WrestleMania XXX, o incluso quizá más allá que aquella. Supondrá, además, la que más combates albergará desde la séptima entrega, si es que nos guiamos por los rumores de la inclusión de tres enfrentamientos más. No todos de los (presuntos) catorce provocarán deleite entre los seguidores, obviamente, pero entre ellos encontramos cuatro duelos con madera estelar, algo inédito si analizamos los precedentes.
Cuatro luchas que podrían estelarizar WrestleMania 34
Tantas luchas darán plaza a la inmensa mayoría, sino a todas las Superestrellas WWE en el más grande escenario, pero también acortarán significativamente el tiempo de cada contienda. Siete horas, se cree, tendrá como duración este aniversario 34 si incluimos el Pre-show (dos horas) y el show principal (cinco), y por lo tanto, hemos de suponer que al menos tres batallas terminarán teniendo lugar en el Kickoff. En lo personal, veo a la final por el Campeonato Crucero, a la rumoreada triple amenaza por el Campeonato en Parejas SmackDown y a la Batalla en Honor a André el Gigante como aquellas que serían relegadas a esas dos horas de calentamiento.
Igual tengo mis dudas. Aparentemente, la campal varonil iba a ser la más trascendente hasta la fecha como previa al documental de HBO sobre el legendario gigante, mismo que se transmitirá dos días después del show. Pero ese no parece ser el caso. También está la campal femenil, aquella que tanto dio que hablar últimamente. No veo a ésta contando con demasiada relevancia tampoco, y hubiese sido interesante que la compañía diese lugar a ambas campales al mismo tiempo, de alguna manera, y así ahorrar tiempo y la repetición del mismo formato. Supongo que sería mucho pedir, de todas formas.
Y si no fuera por la participación de Randy Orton, no me parecería descabellado que la contienda por el Campeonato de los Estados Unidos tampoco lograse ingresar en el show principal, y es que además de ser una de las luchas con peor construcción, es una suerte de lo que será el encuentro por el Campeonato Intercontinental, ya de otra categoría. He aquí la gran diferencia entre Raw y SmackDown camino al Show de Shows y cómo la marca roja se quedó con lo mejor de lo mejor.
No hay excusa por el que el show azul haya tenido un manejo tan débil últimamente, ya que el problema principal reside en el pésimo manejo creativo. Pero así como digo esto, también debemos reconocer que “el programa insignia” se llama así por una razón. Si echamos un vistazo al cartel definitivo en el papel, notaremos que los más importantes combates pertenecen a los de los comandados por Kurt Angle. Mientras que en SD, el Styles vs. Nakamura y el Charlotte vs. Asuka, las historias top de la marca, están dejando bastante que desear debido a la barrera lingüística que se impone entre nipones y monarcas.
WWE no ha sabido explotar los puntos fuertes de ambas rivalidades y eso ha hecho quedar débiles a sus desarrollos, manchando un poco la imagen y el increíble hype que generaban ambas luchas. La colisión entre “La Reina” y “La Emperatriz del Mañana” bien podría ser la lucha femenil más importante de todos los tiempos dados los nombres de las involucradas, sin embargo, tras sus pobres intercambios al micro, se ha apaciguado un tanto esa sensación especial.
El Styles vs. Nakamura consistió más que nada en el último prometiendo al primero que lo derrotará, con diálogos básicos y monótonos. Esta semana siquiera tuvieron un lugar importante en el show, apenas ocupando el segundo segmento del mismo (reservado a la lucha de calentamiento). Y con las dos principales historias sin destacar, SD quedó falto de grandes cosas. El épico regreso de Bryan ayuda enormemente, siendo el único punto alto de la noche de los martes. ¡Que ni el Cena vs. Taker fueron reservados para el tan necesitado programa!
Un John Cena vs. Undertaker que dista de ser lo que pudo haber sido. La queja general radica en que a pesar de ser una batalla de ensueño, agarra a ambos gladiadores, si se quiere, en el peor momento de sus carreras. Cena viene de varias derrotas e incluso ha hecho hincapié en sus recientes promos acerca de su mala racha y cómo no ha podido cosechar victorias en los últimos meses, culpando a su calendario a tiempo parcial y cuestionando si podrá seguir siendo relevante. Su historia de no poder hacerse un hueco en WrestleMania no tiene mucho sentido y minimiza el impacto de este enfrentamiento al mostrarlo como “una última alternativa”.
Taker, entre el retiro y la confusión respecto a un retorno o no, viene de caer ante Roman Reigns en una demostración que dejó insatisfechos a muchos por su delicado estado físico. Muchos reclaman que cuelgue las botas, alegando que sus años como luchador están terminados y que ya no está a la altura de lo que alguna vez fue. Por supuesto que me hubiera encantado, como a muchos otros, que este encuentro de proporciones épicas hubiese ocurrido hace una década atrás, pero como dice el dicho: “mejor tarde que nunca”.
Se me hace extraño que el “Phenom” aún no haya aparecido a tan sólo dos semanas del PPV, siendo éste promocionado como el escenario de su última contienda bajo el hashtag “One More match”. ¿Será que todavía no planea su canto de cisne y que lo veremos participando del Greatest Royal Rumble unas semanas después? No sería el primer despiste.
Pero si tocamos el tema disgustos puedo hablar de cómo Cena ha “humanizado” al Enterrador, sacando a relucir la cuestión de los videos de su entrenamiento y tildándolo de “egocéntrico”. Puede que la estrategia sea echar leña al fuego, pero me parece que se desvió del propósito del personaje del Deadman. A menos, claro, que la idea sea la vuelta de la versión American Badass, lo cual sería una tremenda decepción.
En lo que creo que la empresa se ha manejado de maravilla es en el armado de Alexa Bliss y Nia Jax. A decir verdad, opino que WWE ofrecerá los mejores combates femeniles posibles el próximo 8 de abril, y ese Bliss vs. Nia es de las mejores construcciones de esta ruta. Hubo descontento con la exclusión de Bayley vs. Sasha Banks, pero el colmado cartel hace que sea entendible la decisión de postergarlo. Las amigas seguramente colisionen en la Campal, además de que siempre está la chance de que se enfrenten en SummerSlam.
Habrá más combates por parejas que de costumbre. Además del Triple H & Stephanie McMahon vs. Kurt Angle & Ronda Rousey, se espera que Bryan se junte con Shane McMahon para verse las caras con Kevin Owens y Sami Zayn, una lucha que, creo, debería tener alguna estipulación (quizá los puestos de trabajo de los recientemente despedidos estén en juego, y no estaría mal que se convirtiese en un Falls Count Anywhere cual DX vs. Legacy en Breaking Point 2009). Asimismo, se espera que los Usos defiendan el oro ante los New Day y los Bludgeon Brothers y ya se ha confirmado que Braun Strowman retará junto a un compañero a los Campeones por Pareja Raw, The Bar.
Respecto a este último, me decantaría por que “El Monstruo entre Hombres” compitiese por su cuenta. Esto debido a dos razones: (1) ya hay demasiados encuentros en equipos, lo cual podría tornarse repetitivo y (2) beneficiaría más al gigante. Elias, Big Cass y Samoa Joe se rumoran como las posibles opciones a acompañarlo, y de los tres tan sólo veo a Joe siendo una opción interesante que podría llevar a diversos futuros escenarios. No obstante, repito, me decanto más por un enfrentamiento en desventaja. Al menos sería algo nuevo y refrescante, para variar.
Sobre el estelar no hay nada escrito, pero después de la falsa acusación contra Reigns y compañía, me da la sensación de que Vince McMahon no tiene la más remota intención de otorgarle la plaza principal a otro combate que no sea el Brock Lesnar vs. Roman Reigns. Un combate que será el paso de antorcha definitivo y el último desafío del “Perro Grande” antes de poder proclamarse la cara de la compañía con todas las letras. Tras esto ya no habrá oponente que le reste vencer al ex Campeón WWE, y por tal motivo veo a esta contienda siendo aquella que baje el telón. Bueno, mientras esté Reigns, probablemente no hagan falta muchas explicaciones. Sino pregúntenle al Sr. McMahon.
¿Qué les parecen los argumentos expresados? ¿Están satisfechos con la construcción y el cartel de WrestleMania 34? ¿Qué combates deberían estar en el Preshow y cuál debería ser el plato fuerte? Dejen sus opiniones en la caja de comentarios.