Ni la reciente clasificación a la Copa Libertadores 2019 calmó los ánimos en San Lorenzo, que anoche viajó con ventaja para jugar la revancha contra Atlético Mineiro de Brasil, en Belo Horizonte, por la Copa Sudamericana, en medio de un clima enrarecido, básicamente por los interrogantes que rodean la continuidad de Claudio Biaggio como entrenador, más allá de los objetivos cumplidos.
El Ciclón, ganador de la primera edición de este certamen, comenzó este desquite en el estadio Raimundo Sampaio con la ventaja del 1 a 0 con gol de Gabriel Gudiño, el pasado 11 de abril, logrado en el Nuevo Gasómetro, y frente a un rival con una formación alternativa ya que se inclinó, en lo que respecta a las prioridades, a competencias del orden local.
El empate, y hasta una derrota por un gol de diferencia, pero convirtiendo, le aseguraba la clasificación, a pesar de lo cual ni bien la pelota se puso en movimiento su arco la pasó mal. Tres situaciones clarísimas, de alto riesgo, se desarrollaron sobre el arco de Nicolás Navarro, que no terminaron con la pelota adentro por un oportuno cruce de Paulo Díaz y falta de precisión en las restantes.
El nerviosismo que invadió con el correr de los minutos al conjunto azulgrana desembocó en una serie de infracciones que primero calentaron la noche de Belo Horizonte y después sumaron de amonestaciones a una escuadra que en el tramo final del primer tiempo caminó por la cornisa de la tarjeta roja.
No le alcanzó el descanso a San Lorenzo para rearmarse, y ni bien comenzada la etapa complementaria volvió a llegar con fuerza el Mineiro, equipo que continuó manejando campo y pelota frente a un rival sin argumentos, incapaz de retener la pelota en su control. El ingreso de Alexis Castro, en lugar de Gudiño, fue la primera movida de Biaggio buscando cambiar algo.
Por más que una mano dentro del área de Coloccini, cuando salió a cruzar sobre la derecha, pudo haber sido considerada penal por el chileno Julio Bascuñán, el panorama se le aclaró al Ciclón con las variantes ensayadas, más por un bajón del conjunto brasileño que por un crecimiento propio, y eso le permitió un cierre más tranquilo, aguantando la ventaja alcanzada en el partido de ida.
Con los matices del caso, y una imagen en definitiva poco convincente, la clasificación a segunda fase del torneo le significará un nuevo espaldarazo de confianza para San Lorenzo, que viene de lograr el primer -y más importante- objetivo del semestre con el pasaje a la próxima Libertadores. Lo que se dice una semana redonda.