Ananda Balasana es la postura del Niño o del Bebé Feliz, que recupera la simple alegría y la fascinación de acostarse boca arriba de los bebés para descubrirse con asombro a través de las piernas, los dedos de los pies, los hombros y la espalda. "Dentro de cada uno de nosotros, sin importar nuestra edad, hay un niño 'divino' listo para nacer en forma de inspiración, energía creativa o una experiencia nueva e incondicionada del mundo".
La conciencia detrás de esta posición, como refiere la investigadora y autora Zo Newell, puede rastrearse como muchas otras, en los textos sagrados hinduistas. Cuenta la leyenda que Dasharatha, el rey de Ayodhya, era un famoso guerrero y protector de dharma o las enseñanzas. Tenía tres valientes y hermosas esposas, pero no hijos, y eso entristecía a todo el reino.
Al final nacieron tres hijos, el mayor de los cuales fue Rama, cuyas aventuras se relatan en el poema épico del Ramayana y que es un Avatar o manifestación del dios Vihsnu. Rama era el deleite del corazón de todos: "dicen los maestros que lo divino está listo para nacer en nosotros todo el tiempo. Psicológicamente, los avatares y otras deidades representan potenciales que esperan ser realizados".
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Así que Rama puede traducirse como "alguien que da felicidad". Ra significa resplandor, luz, y Ma significa "en mí". El bebé Rama entonces representa irradiación interior y gozo.
"Cuando controlamos nuestras mentes y sentidos en meditación, centrándonos en la realidad interna y renunciando a las afirmaciones externas, el potencial divino en el interior se manifiesta: Nace un bebé feliz. El Bhagavad Gita dice que "el yoga es habilidad en acción". Se podría decir que cuando nuestro complejo mente-cuerpo actúa hábilmente y estamos en un estado de yoga; nos iluminamos. Este es el significado interno del nacimiento de Rama".
En términos estrictamente físicos, los beneficios de Ananda Balasana incluyen estirar los músculos de las caderas externas, las ingles, el pecho y los hombros, alargar la columna vertebral y liberar la tensión en la zona lumbar. Es una excelente preparación para muchas posturas sentadas. Esta posición se asemeja a una sentadilla reclinada, y ofrece una gran alternativa para las personas que no pueden ponerse en cuclillas mientras soportan peso a través de sus rodillas.
ARMANDO LA POSTURA
Recostado boca arriba, lleva las rodillas hacia el pecho. Con una inhalación, toma los pies por el lado externo. Abre las rodillas con una separación mayor al ancho de su torso. Trata de llevarlas en dirección a las axilas. Asegúrate de que los tobillos están alienados con las rodillas, formando un ángulo de 90 grados, con las pantorrillas perpendiculares al piso. Flexiona los pies empujando hacia arriba con los talones. Crea resistencia hacia abajo con sus manos. Cerciórate de mantener el cuello extendido, sin crear ninguna compresión en la zona. Relaja los hombros y los músculos de la cara. Sosten la pose por unos 30 o 60 segundos. Regresa bajando los pies hasta el suelo de forma lenta y cuidada, mientras exhalas. Busca lo que funciona para tu cuerpo de forma lúdica, explorando tu cuerpo como lo hace un bebé cuando empieza a descubrir sus manos y sus pies.