Con goles del extremo portugués Vieirinha (65m) y de Dimitris Pelkas (91m), el PAOK derrotó al AEK por 2-0, este sábado en la final de la Copa de Grecia, marcada por la violencia y la polémica.
Es la segunda copa consecutiva para el PAOK, que además evita que AEK, ganador de la liga, logre el doblete por primera vez desde 1978.
La superioridad en el marcador a favor del PAOK pudo ser mayor, ya que el arquero del AEK Vasilios Barkas detuvo un penal lanzado por el delantero serbio Aleksandar Prijovic en la primera parte.
La pena máxima fue pitada por el colegiado del encuentro, el español David Fernández Borbalán, elegido para este partido por la imposibilidad de ambos equipos de ponerse de acuerdo en nombrar un árbitro para la final.
También lea: Hamburgo descendió en la Bundesliga y su emblemático reloj en Voksparkstadion se paró
Hinchas de ambos equipos se enfrentaron en los alrededores del Estadio Olímpico de Atenas antes de la final y durante el encuentro también se produjo algún altercado en las gradas.
Ultras del AEK lanzaron un cóctel molotov contra una furgoneta en la que viajaban cinco aficionados del PAOK muy cerca del estadio.
La prensa griega informó que los aficionados del PAOK fueron también golpeados y dos de ellos tuvieron que ser trasladados a un hospital.
El gobierno griego había desplegado 5.000 agentes de policía para tratar de evitar actos de violencia, que esta temporada han vuelto a manchar el fútbol del país.
Las peleas entre aficionados ya comenzaron el viernes por la noche y dos aficionados del PAOK resultaron heridos por arma blanca, según la prensa de ese país.
La violencia ha vuelto a marcar la temporada en el fútbol griego. En marzo pasado, el presidente del PAOK Ivan Savvidis saltó al césped con una pistola en la cintura para protestar contra una decisión arbitral en un encuentro con el AEK.
Por ese suceso, al PAOK le retiraron tres puntos de la clasificación, lo que benefició al AEK para llevarse el título.
En febrero, el entonces entrenador del Olympiakos, el español Óscar García, resultó herido por el lanzamiento de un objeto por parte de un hincha del PAOK.
A estos actos de violencia se unieron huelgas por impago de salarios, una suspensión de dos semanas de la Superliga decretada por el gobierno y una amenaza de exclusión por parte de la FIFA. (D)