«Yerry, viendo el resultado, piensa que los defensas han tenido un día horrible. Ha tenido personalidad en momentos determinados del partido. No lo he visto mal. Hay que tener en cuenta la efectividad que ha tenido el rival». Así hablaba Ernesto Valverde el pasado domingo en el Ciutat de Valencia después de que el FC Barcelona perdiera la imbatibilidad en Liga.
Cuestionado por Yerry Mina, el entrenador culé salía al paso de las críticas que ya se agolpaban sobre la actuación del central. Tras no poder demostrar gran cosa en los 4 encuentros disputados anteriormente, el cafetero salió mal parado de este partido y la cosa no mejoró días después en el amistoso de Sudáfrica.
Llegado en el mes de enero para cubrir la baja de Javier Mascherano, apenas ha tenido minutos como cuarto central del equipo y su salida cada vez parece más evidente. Porque se espera además la llegada de Clément Lenglet, porque Thomas Vermaelen sí ha convencido pese a las lesiones, y porque ocupa una plaza de extracomunitario que será para Arthur Melo.
Una cesión sería la mejor solución para este jugador, que ha demostrado tener grandes cualidades físicas pero carencias de rigor táctico propias de un jugador que debe adaptarse a Europa y rendir rápidamente sin apenas ritmo de juego. Pero no todo está perdido para él: la vida es larga, el fútbol da muchas vueltas y si convence en otro destino siempre tendrá la ocasión de regresar.