Ángel Francisco Triana de 12 años es el niño que se hizo famoso en redes sociales, luego que una aficionada publicó una foto de él con el delantero de Santos Laguna, Djaniny Tavares buscándolo para dársela, luego que no pudiera conseguir un plumón para que le autografiara la playera y el niño terminara llorando frustrado. La Afición lo buscó y nos narra la pasión que siente por el equipo desde que tiene memoria.
Relata que su hermano mayor le transmitió además del amor de familia, una pasión inmensa por el equipo de la región, donde el fútbol es de los temas preferidos de tocar en la mayoría de las conversaciones y donde Santos Laguna empapa de alegría a propios y extraños.
"Yo soy Santista y siempre tengo la fe en ganar y como lo fue en esta ocasión: La tercera es la vencida".
Carlos Izquierdoz y Djaniny Tavares son sus jugadores favoritos, al primero por la garra que le mete por defender los colores y el segundo con sus goles ayudó a campeonar al Santos.
Su corta edad no se compara con la grandeza de su pasión que reflejó el fin de semana pasado, quien vivió el campeonato de su equipo favorito, el de su familia y de todos los municipios laguneros con sus tres ciudades y dos estados.
Con los talones de boletos en las manos, sin importar lo que fuera, ahorrando de sus gastos para la secundaria y con la ayuda de su papá, Ángel no faltó a un solo juego del Santos como local en el TSM en esta temporada, incluyendo la Gran Final en donde se coronaría por sexta vez el equipo de sus amores.
"Cuando se acabó sentí bien chido. Estuve con los nervios de que nos nos fueran empatar, ya quería que se acabara y quedaban 30 segundos, el árbitro todavía agregó otro minuto. Al acabar el partido salí y grité y me quité la camisa".
En esta ocasión Ángel expuso más que nunca con fervor y a flor de piel los colores albiverdes en sus mejillas pero sobre todo en su corazón, sumándose a uno solo que ya forman los demás amantes del club lagunero con 35 años ininterrumpidos en la Primera División del Fútbol Mexicano.
Sobre qué le diría a los jugadores del Santos Laguna contestó: "Que son los mejores, que no pude haber encontrado un mejor equipo como Santos, que en poco tiempo tiene mucha historia".
Su pasión va más allá de salir un poco antes de clases para ver si alcanzaba algo del desfile de campeón, el cual pasaría por el tradicional recorrido desde Lerdo hasta Torreón corriendo por el bulevar Miguel Alemán en Gómez Palacio, vía donde Ángel esperó y caminó bajo el camión que llevaba a los protagonistas de la fiesta lagunera.
Al llegar a la Plaza Mayor, en compañía de su hermano quien venía llegando de Toluca, no se quitaba de la mente querer llegar lo más cerca posible del escenario a donde estarían los jugadores con el trofeo de campeón, trofeo que añoraba ver de cerca, tanto que aprovechó su estatura y si diluyó entre todos hasta llegar a las vallas de contención, pero él aún quería ir más allá.
No dudó en burlar la contención como si estuviera jugando fútbol en la media cancha, buscando ese gol que lo pondría a menos de un metro de distancia los guerreros que veía de más lejos en los partidos que asistía junto a la porra "La Komún".
Al estar tan cerca no pudo contener las lágrimas, derramadas de tanta de emoción y una combinación con la impotencia de no poder entregar su playera para ser autografiada por sus ídolos, sin tener consigo siquiera un marcador para hacerlo.
La frustración lo invadió y sus gritos y llanto por querer lo que anhelaba, una emoción capturada por el lente del fotógrafo Arturo Salazar de Milenio Laguna.
Este acto fue visto por un elemento del staff del evento, quien en complicidad de dos elementos de seguridad dieron paso al pequeño luego de varios intentos fallidos por llegar al escenario hasta que por fin lo consiguió.
Arriba fue apapachado por todos los jugadores quienes le firmaron por fin su playera y le tomaron fotografías. Pudo sentir y abrazar a quienes juegan en el club que alienta desde que tiene conciencia y que a su parecer es el mejor club de México.
"Me la firmó Oswaldito, Gerardo Alcoba, Izquierdoz y Brian Lozano, además de muchas fotos", expresó Ángel Francisco Triana aún con su voz afónica por tantos cánticos al equipo de su vida.
Al día siguiente de eso que parecía un sueño, se dio cuenta que fue realidad cuando su hermana le mostró que su imagen llena de fervor futbolístico estaba en las redes sociales y que era buscado por jugadores del club para entregarle una playera del Santos.
"Siempre, siempre, siempre me ha gustado el Santos, desde que yo me acuerdo".
"Quiero que me inviten, quiero conocerlos y tener sus firmas".
El guerrero de corazón es el penúltimo de cinco hermanos con los que junto con su padre forman un grupo musical donde Ángel toca el piano y aunque tenga un gusto especial por los instrumentos musicales, señala que ama cantar, sueña con ser cantante y estudiar música algún día.
Dice no tener mucha habilidad para practicar este apasionado deporte, pero asegura es un conocedor de primera sobre cuestiones del Santos Laguna, club que tiene como tapiz en todo su cuarto con infinidad de fotografías recortadas de periódicos y revistas, sin faltar la bandera, su colección de camisetas de los Guerreros y un escudo de cerámica pintado por él mismo.
Carlos Izquierdoz y Djaniny Tavares son sus jugadores favoritos, al primero por la garra que le mete por defender los colores y el segundo con sus goles ayudó a campeonar al Santos.
Además de convivir en una familia futbolera, relata que tiene a más santistas que los acompañan a cada encuentro y sienten el amor por la camiseta tal como si fueran el capitán del equipo, así se ve durante toda su vida, amando el futbol y al Club Santos Laguna.