La Selección Peruana se enfrentará este jueves a su similar de Francia en un partido clave por el grupo C del Mundial Rusia 2018. Los dirigidos por Ricardo Gareca buscarán recuperar los puntos perdidos ante Dinamarca para tentar la clasificación a los octavos de final. El partido se realizará en el Estadio Central, conocido como Arena Ekaterimburgo, ubicado en una ciudad que marca la frontera entre Europa y Asia.
Ekaterimburgo es una ciudad que ha sabido mezclar muy bien el deporte con la cultura. En este lugar hay 27 universidades, 40 museos y 62 bibliotecas; además, hay 1200 salas deportivas, 16 estadios profesionales y 50 piscinas olímpicas para entrenamiento. El Estadio Central representa la más oriental de las sedes del Mundial de Rusia.
Perú se la juega contra Francia y como el pasado sábado en Saransk frente a Dinamarca jugará en casa. Son miles las voces que han llegado hasta la recóndita ciudad para animar a los hombres dirigidos por el argentino Ricardo Gareca.
Los cálculos imposibles de verificar hablan de 20,000 hinchas que poblaron el estadio con capacidad para 35,000. Imposible mirar a ningún rincón de la ciudad sin toparse con la banda roja que caracteriza el emblema peruano.
En un día nublado y descolorido por chubascos intermitentes, la afición de Perú llenó de fiesta el centro de la cuarta ciudad más poblada de Rusia, la única en el continente asiático que acoge el Mundial. Los cánticos de "¿Cómo no te voy a querer?" llenaron las arterias comerciales de la ciudad, donde convivieron con el día a día de los locales.
En uno de los monumentos a Lenin que hay por la ciudad, muchos peruanos se fotografían para guardar un recuerdo de un lugar que puede entrar en la leyenda de Perú, si logran derrotar al gigante francés, subcampeón de Europa y uno de los candidatos al título. A medida que se acercaba la hora del partido, la hinchada puso rumbo al Estadio Central de la ciudad, un imponente recinto que conserva la decoración de la época soviética y que ha sido remozado para el Mundial y ampliado con dos gradas supletorias para obtener el aforo mínimo exigido por la FIFA.
Fue una auténtica marea humana, festiva, lúdica que convirtió la previa del partido en una demostración de poderío peruano. La mayoría de las gradas se tiñeron del blanquirrojo que superó al azul de los "bleus" de Didier Deschamps, alentados por su hincha más popular, Clemente de Antibes, un aficionado de la Costa Azul francesa que viaja a cada partido de la selección francesa acompañado de un gallo, el emblema nacional galo.
EFE