Un canario está muy enojado. Pero los brasileños lo adoran.
Canarinho, la imagen de un ave enfurecida que refleja la frustración de los seguidores de la selección brasileña tras el fracaso de hace cuatro años en casa, se ha convertido en una sensación adondequiera que va en Rusia.
El canario, siempre vestido con el uniforme de la selección, se asemeja un poco a los Angry Birds. Es una especie de Piolín, el personaje de los “Looney Tunes”, pero con cara de profundo disgusto.
Algunos seguidores de Brasil lo apodan “Canarinho Pistola”, o “Canarito Furioso”, y el propio director técnico del equipo se muestra asombrado por su popularidad.
“¡Hombre!, es todo un personaje”, afirmó Tite. “Tiene su propio carisma”.
Canarinho es una especie de “chico malo”, a diferencia de las mascota anterior, de la misma especie pero de imagen más amable, que había representado desde hacía años al equipo nacional pero que jamás resultó popular.
En realidad, Brasil nunca había abrazado realmente la tradición de las mascotas deportivas. Ello cambió cuando la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), inspirada en parte por la mascota de los Bulls de Chicago en la NBA, convirtió a su tierno canario en un personaje amenazador para que los fanáticos se identificaran con él antes del Mundial.
“Queríamos representar este deseo del brasileño por ganar siempre en el fútbol”, dijo el director de “marketing” de la CBF Gilberto Ratto, en declaraciones a The Associated Press en Rusia. “La mascota tiene la cara que todos los brasileños ponen cuando van a jugar al fútbol, siempre con esa determinación por ganar. Se trata del tipo de expresión que uno esperaría ver en el rostro de Neymar durante una final de la Copa del Mundo”.
La idea era darle a la mascota una imagen y carácter que sintonizaran adecuadamente con las nuevas generaciones. Su personalidad es semejante a la de Benny the Bull, la referida mascota de Chicago, que se volvió popular en Estados Unidos por molestar a los fanáticos y a los jugadores rivales durante los partidos.
Creado a finales de 2016, Canarinho se ha vuelto conocido incluso fuera del mundo del fútbol. Representa ahora el descontento general de la población en un país que enfrenta una crisis política, una violencia creciente y una economía inestable.
La CBF trató de emplear una mascota con un rostro más amable en varios actos sociales realizados el año anterior. Pero tuvo que volver de inmediato a la figura disgustada, pues todos comenzaron a preguntar por ella.
No está permitido que el nuevo canario aparezca durante los partidos en Rusia, porque las reglas de la FIFA protegen a la mascota oficial de la Copa del Mundo, el lobo Zabivaka. Sin embargo, Canarinho acompaña a la selección casi a cualquier ciudad. Aparece con frecuencia frente a los estadios antes de los partidos, y en algunas sesiones de entrenamiento.
Y está ya en Kazán, antes del partido del viernes ante Bélgica, correspondiente a los cuartos de final.
Los hinchas corearon el nombre de la mascota mientras esperaban a que los jugadores de Brasil llegaran al hotel del equipo para un partido reciente en Moscú. Casi enloquecieron cuando los guardias de seguridad, al pensar aparentemente que la mascota era un hincha que trataba de colarse, la sacaron del área reservada frente al hotel.
Canarinho no se lo pensó dos veces y se unió a la fiesta de los “torcedores”. Tocó el tambor con ellos y posó para decenas de “selfies” antes de que se le permitiera volver al hotel tras la intervención de dirigentes brasileños.
La mascota, que tiene ya cientos de perfiles falsos en las redes sociales, suele mostrar también su talento futbolístico, con una serie de trucos, para impresionar a los aficionados.
La CBF se muestra tolerante ante el comportamiento de Canarinho. Suele usar su imagen en las redes sociales y la promueve a menudo.
El canario ha aparecido en programas televisivos y ha recorrido algunos de los lugares más emblemáticos de Rusia en los que ha jugado Brasil. Los jugadores muestran también su agrado por la mascota nueva.