La mala planificación deportiva del pasado verano en el Betis golpea a la presente con más dificultades a la hora de conformar una plantilla al gusto de Pepe Mel. De los 12 futbolistas que llegaron a lo largo de la temporada, sólo Portillo tendría la garantía de ser indispensable en un hipotético once del técnico, precisamente el único que eligió cuando regresó al banquillo verdiblanco.
Las decisiones tomadas en la secretaría técnica cuando Julio Velázquez era el técnico bético dificultan ahora el objetivo de conseguir un plantel de 22 piezas. Macià comunicó a los futbolistas descartados la opción de buscar equipos, pero el club sabe que no será sencillo recibir buenas cuantías económicas por piezas que no rindieron a gran nivel durante el curso.
Kadir se encuentra en el grupo de jugadores que optan a salir. Llegó como cedido, pero el Betis se vio obligado a comprar al jugador al término de la cesión tras el ascenso. Ahora, pretende compensar los aproximadamente 650.000 euros desembolsados por un jugador que no entra en los planes del club. Cejudo, Casado y Pacheco son los otros casos en los que el club tienen dificultades para encontrar un acomodo sencillo y por ello entran en juego las cesiones. Excepto el lateral, que termina contrato el próximo verano, los demás tienen dos años más en sus respectivos contratos.