Emelec atraviesa una crisis futbolística y una de camerino y así es difícil la recuperación porque los eléctricos no encuentran la ruta y no tienen jugadores de buen nivel. No se puede jugar con futbolistas lentos en el fondo. Es una pena, pero el argentino Leandro Vega ya demostró que no es un futbolista con la rapidez necesaria para este medio. (El juvenil) Joel Quintero es el que mejor se proyecta, junto con Marlon Mejía.
Pongo ejemplos en el caso de Vega. En el gol de la derrota (0-1) ante Deportivo Cuenca, el central permite que el rival le haga un ocho: se la tira por un costado y la recibe por el otro lado. Vega estaba mal perfilado, no es rápido y en el fondo deben estar defensas veloces. Y contra Independiente, en el último gol, el de tiro penal, Vega fue a cerrar y el adversario le sacó 2 metros y él cometió la falta. Un jugador rápido sí llegaba a esa pelota. Conmigo Vega nunca sería central, jugaría de 5. Además, cuando Emelec sale desde atrás no hay criterio para ir hacia adelante, los pases son dados a los costados. Los dos volantes no tienen profundidad, no hay jugadores capaces de dar pases que dejen a sus delanteros en un mano a mano con el arquero rival.
Hablo de crisis de camerino en Emelec porque no hay liderazgo. Miren el campo de juego y busquen a un líder: no hay. Cuando no hay líderes positivos, eso se transmite al vestuario y hay discusiones y problemas. La relación entre jugadores suele ser conflictiva porque no siempre, cuando se pierde, se asumen responsabilidades. Más bien se buscan culpables. Emelec no tiene buenos futbolistas. Se salvan Quintero, Bryan Carabalí y Carlos Orejuela; aparte de ellos, el club no tiene jugadores de alto nivel competitivo. Emelec se armó mal y esta crisis se veía venir.
Si uno analiza línea por línea, este es un equipo muy mal armado. Además, cuando se quiso recuperar hubo actos de indisciplina por parte de quien yo más creía que podía rendir en el club: Billy Arce.
Emelec debe respaldar a tres elementos para que cuando pase esta crisis, y vengan otros jugadores, sirvan de base para armar un equipo de verdad: Carabalí, Quintero y Orejuela.
La época de Nassib Neme ha sido muy buena y no quiero ser duro con él, pero en esta segunda era en Emelec solo ha venido un extranjero de categoría: el argentino Luciano Figueroa, en el 2012. De esa jerarquía no se han repetido contrataciones. Los extranjeros de Emelec realmente no ayudan. No hay un plantel como los que tuvo antes (en el 2013, 2014, 2015, 2017) y los rivales son de mayor jerarquía.
Emelec, con lo que tiene, llegó a un tope. Podrá ganar partidos, pero no será protagonista de este torneo. Hay que mirar a las reservas y respaldar a otros jugadores, como lo han hecho con Quintero. Hay que jugar con jóvenes los partidos que restan y arriesgarlo todo para el 2020. Por la edad del plantel actual no hay muchas esperanzas.
Sobre la rueda de prensa de Ismael Rescalvo, él es un técnico joven, pero es su impotencia lo que lo llevó a declarar eso (“lo que me emputa, lo que me jode es que cuando se trabajan situaciones que consideramos que el jugador debe saber, las sabe y aun así comete el error”). (O)